Escribí esta reflexión en honor a mi padre con quien logré reconciliarme, luego de muchos años de desacuerdos y dolores. Espero que estas ideas sean de utilidad para ustedes, como lo fueron para mi.

 

RECONCILIARNOS CON NUESTROS PADRES

 

A MI PADRE

Esta reflexión es muy personal e inicialmente la escribí solo para mí, pero hoy pensé que compartir este pensamiento con ustedes sería un bonito homenaje a mi padre, a tres años de su fallecimiento. Mi intención es ofrecerles la visión que me llevó a reconciliarme con él, me permitió apreciar y agradecer su legado, y ante todo me ha llevado a reconciliarme también conmigo.

Hoy pienso que la vida solamente hay que vivirla y que quienes nos quedamos, solo estamos una mínima fracción de segundo adicional a la de ellos (si tenemos en cuenta el tiempo que lleva el ser humano en este planeta). Y si esa fracción es tan infinitamente mínima, qué tan grandes podrán ser los dolores, los rencores o las palabras no pronunciadas…. qué tan graves podrán ser los errores.

Son mínimos papá. Lo que es grande es lo que anidaste en mi corazón y en el de mis hermanos. Lo mismo que hoy está en mis hijos, en mi nieto y mis sobrinos y seguirá floreciendo en las generaciones venideras para trabajar en un futuro mejor. Esos granos de arena se convertirán en playas y estas en océanos. GRACIAS PAPÁ.

Lo que quiero participarles con todo esto, es que vale la pena hacer el esfuerzo de acercarnos a ver a nuestros padres desde una perspectiva amorosa, es decir con la menor cantidad juicios, aceptándolos tal como son, o eran, esforzándonos en ver todo lo positivo que nos han dejado y aceptando que lo doloroso o difícil ha sido parte de lo que hoy somos y nos ha construido.

Y es que una de nuestras características como seres humanos es fijarnos  más en lo que falta y menos en lo que si hay. Yo creo que una manera de enfocarnos en lo positivo de nuestros padres, es imaginar que en el futuro seremos nosotros quienes estaremos siendo vistos por nuestros hijos y desearemos que ellos lo hagan con el amor y el respeto que hayan visto en nosotros.

Este proceso de reconciliación con nuestros padres nos libera el corazón, nos permite soltar un peso que cargamos, nos impulsa a tomar nuestras propias riendas para enfrentar los desafíos que la vida nos trae y nos facilita la posibilidad de legar a nuestros hijos los valores y principios que en su momento ellos quisieron entregarnos. Yo estoy convencida de que nunca es tarde para tomar la decisión de hacerlo.

Otra reflexión que nos puede ser de utilidad en nuestro propósito de hacer las paces con nuestros padres, es repasar conscientemente la historia de ellos, tratar de comprender su propio proceso como hijos y el contexto que ellos tuvieron que vivir. Estas historias generalmente las conocemos, pero tener la intención de observarlas desde esta visión, puede resultar supremamente sanador.

Deseo que este mensaje les llegue con la intención con la que fue escrito, es decir para que mis palabras abran el espacio en sus corazones, de manera que quienes aún no lo han hecho, tomen la decisión de reconciliarse con sus padres, ya sea que estén vivos o no. Que lo hagan conscientemente y dedicando a ello el tiempo y la intención que algo tan importante amerita. Y espero que este proceso les permita abrir una página en blanco, para llenarla de todo lo valioso e importante que ellos nos dieron.

 

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