La agresividad en niños pequeños es una manera de manifestar sus emociones, pues al no poseer las habilidades lingüísticas y no controlar sus impulsos son muy susceptibles a reaccionar físicamente.

 

El estrenarnos como padres es un proceso que se vive día a día, es un tiempo de aprendizaje mutuo en el que vamos experimentando junto a nuestro bebé diversas emociones y el manejo de las mismas. La agresividad en niños pequeños es una manera de manifestarlas, es así, que en una dosis moderada es normal, pues al no poseer las habilidades lingüísticas y no controlar sus impulsos son muy susceptibles a reaccionar físicamente.

Los niños no nacen sabiendo dominar sus emociones y sus deseos. Aprenden a controlarlas a medida que se relacionan con los adultos y con otros pequeños, en situaciones sociales y espacios como el centro infantil.  Los niños aprenden a autorregularse; cuando muerden, arañan o pelean ponen a prueba su capacidad para controlar sus impulsos frente a determinadas situaciones.

Muchos padres no sabemos qué hacer, nos avergonzamos ¿cómo lograr que no muerdan o golpeen a otros niños o a nosotros mismos? Afrontar las conductas agresivas de los niños requiere mucha paciencia, tiempo y perseverancia, pero es importante para ayudarles a superar esta etapa mucho cariño y, a la vez, firmeza, ya que el hacer daño no es una manera saludable ni lógica de relacionarse.

Es necesario ACTUAR INMEDIATAMENTE, no es recomendable dejar pasar o que lo haga una y otra vez para corregirlo, de esta manera él sabrá que su comportamiento tiene una consecuencia y no volverá a repetirlo. Por ejemplo, si  nos da un manotazo o un tirón de cabello tenemos que ponernos serios y decirle que no se pega con tono de voz firme, RETIRARLE LA ATENCIÓN y SUSPENDER MOMENTANEAMENTE LA COMUNICACIÓN con él porque si nadie censura su modo de actuar creerá que es una manera más de relacionarse que, además, da buenos resultados ya que muchas veces consigue lo que quiere.

Si persiste en pegar, se le puede RETIRAR POR UNOS MINUTOS DE LA SITUACION, pero eso no quiere decir que debamos prohibirle jugar con otros niños,  su hijo tiene que estar en compañía de otros niños para aprender a estar en grupo y respetar a los demás.

Lo que hacemos en el centro es estar atentas para prevenir choques y limar asperezas, en algunos niños el lenguaje articulado todavía no está lo suficientemente desarrollado y una de las maneras que tienen de expresarse es por medio de la agresividad, ahí es cuando INTERVIENE EL ADULTO, verbalizando por el agredido NO ME GUSTA QUE ME HAGAS ASI y por el agresor DISCULPANDOSE de modo que las palabras sustituyan eficazmente a la acción impulsiva. A veces no hace falta separarle del grupo: basta con distraerle y animarle a cambiar de actividad.

Es importante que NO LO DEJEMOS IMPONER SU VOLUNTAD, recordemos que  nosotros somos quienes ponemos las reglas, si cedemos no cambiará su comportamiento.

Los niños apenas están en proceso de formación, por lo cual es esencial que en casa y en el centro TRABAJEMOS SISTEMATICAMENTE todos los adultos en contacto con el niño para proceder de la misma manera al momento de corregirlos; de esta forma, cuando el niño ve que ante la misma conducta le respondemos de la misma manera, dejará de repetir el comportamiento que nosotros como padres queremos corregir. 

Los niños son activos por naturaleza, por lo cual es necesario que tengan una rutina que implique juego libre en la que haya un tiempo destinado para ACTIVIDADES  en espacios abiertos, deportes…  De esta manera, los niños DESCARGAN SUS ENERGÍAS.

Los niños son excelentes imitadores, por eso es de suma importancia que tratemos de estar SERENOS EN EL MOMENTO DE CORREGIRLOS, de lo contrario fomentaremos mayor agresividad. Así como los corregimos es indispensable recordar elogiarles generosa y expresivamente cuando jueguen y se comporten adecuadamente con otros niños y la mejor manera de hacerlo es enseñarles maneras de ser amables, lo que se logra con nuestro ejemplo.

Aunque es un poco complicado, hay que MANTENER LA CALMA, pues corregirles físicamente, en ningún momento, puede ser una alternativa. Estaríamos fomentando más agresividad dando un ejemplo de la misma y creando angustia en ellos. Para corregirlos debemos dejar de lado razones personales de enojo, pues muchas veces descargamos la ira reprimida en ellos.

Cuando ya puedan hablar pregúntale qué le pasó, ¿por qué reacciono de esa manera? ESCUCHA SUS RAZONES  y dale alternativas para solucionar eficazmente el problema en un futuro sin que éstas impliquen golpes, aruñones, patadas, mordiscos o algún tipo de maltrato. Le puedes decir que manifieste ese enojo hablando para solucionar los problemas, puede pedir la ayuda de un adulto si lo requiere.

Como lo hemos mencionado anteriormente, los niños/as son excelentes imitadores, por lo que es preciso que SELECCIONES LOS PROGRAMAS QUE VEN EN LA TV, ya que muchas series, películas y dibujos animados contienen altos índices de agresividad que los niños recrean con sus amiguitos. Les recomiendo que vean juntos los programas para que puedas intervenir y explicarle escenas que lo ameriten.

  • Anímate a pedir ayuda si notas que el comportamiento agresivo es reiterativo en tu hijo y que tus intentos de solucionarlo no son eficaces, un profesional de PUCHERITOS te ayudará a resolverlo. Estamos preparados para hacerlo con el mayor cuidado y cariño!

    http://www.pucheritosestimulaciontemprana.com/

    YANELA ORDÓÑEZ

    PSICÓLOGA CLÍNICA

    PUCHERITOS

     

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