Su historia nos lleva hasta el año de 1527, cuando desembarca el Lic. Juan Gutiérrez Altamirano a la Nueva España procedente de la isla de Cuba, en donde había sido gobernador en 1524; para tomar el puesto de Corregidor de Texcoco y supervisor de Hernán Cortés. Hernán Cortés reparte después de la conquista las tierras de Tenochtitlan entre sus compañeros de armas y colaboradores más allegados; le da este sitio a Don Juan Gutiérrez Altamirano, quien había contraído nupcias con Juana Altamirano Pizarro, prima hermana de Cortés. Felipe III de España otorga el título de conde de Santiago de Calimaya en 1616 a esta familia.
En 1777 el palacio fue remodelado por el ilustre Arq. Francisco Antonio Guerrero y Torres. La fachada del palacio fue recubierta de tezontle y la portada y las ventanas con cantera. Es importante hacer notar que durante esta reconstrucción se encontró una monumental cabeza de serpiente, la cual se colocó como basamento en una de las esquinas de la fachada para que sus fauces fueran vistas por todos como que este era un sitio con historia y tradición. También son importantes sus gárgolas que muestran unos cañones listos para disparar, indicando el origen belicoso de esta familia Novohispana.
En su patio una pintoresca fuente con una sirena tocando un laúd da paz y tranquilidad. Esta sirena era interpretada como muestra de virtud y sabiduría durante la era colonial. Cabe resaltar las esculturas de leones que se encuentran en el desplante, la noble escalera ceremonial y que tienen reminiscencia chinesca.
La capilla del palacio en su momento fue una de las más ricas de la ciudad, poco queda de ese lujo, solo el área y la puerta de cantera que daba acceso a la misma.
En su última planta, se encuentra el taller del afamado pintor impresionista del siglo XIX, Joaquín Claussel, que tenía la costumbre de limpiar sus pinceles en la pared de su estudio y poco a poco fue creando un mural integrado por infinidad de cuadros impresionistas en todas las paredes de su estudio.
Este palacio a principios del siglo XX fue convertido en vecindad y poco a poco fue cayendo en un deterioro lamentable; sin embargo, el gobierno de la Ciudad de México lo rescató a finales de los años 60´s del siglo XX y lo destinó a sede del Museo de la Ciudad.
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Como este espacio hay muchos en la Ciudad de México, de los cuales sus historias son poco conocidas, pero es posible entrar y descubrirlas paso a paso, acompáñanos a ver de cerca un rostro distinto de esta ciudad en nuestros recorridos temáticos, ingresa a nuestra página de Facebook http://www.facebook.com/mexicosecretoguiado/ o a nuestra página web http://www.mexicosecretoguiado.com y descubre todas nuestras actividades.
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