La Ciudad de México es una reunión de barrios y pequeños pueblos que se han agregado a lo largo del tiempo por el crecimiento urbano de la misma. Uno de estos barrios, es La Colonia Roma, zona de grandes residencias de estilo francés.

 

Recibe su nombre ya que la pequeña iglesia que se construyó en tiempos coloniales tenía un camino de acceso bordeado por árboles que recordaba la Vía Apia en Roma. A principios del siglo XX la elite que gobernaba el país decide dejar las viejas calles del centro de la ciudad colonial para gozar de los adelantos de la época, es decir, luz eléctrica, pavimento, drenajes, agua corriente, gas, alumbrado público y sobre todo jardines y plazas arboladas, grandes boulevares para el invento de moda, el automóvil. Para ello se fincan y construyen residencias de fantasía, grandes palacetes y chalets de estilo europeo. Estas grandes residencias competían entre sí para ver cuál era la más grande y fastuosa, cuál mostraba mejor el lujo y fortuna de sus moradores.

Estas grandes casas albergaron tanto familias acaudaladas de la antigua nobleza Novo Hispana, como nuevos ricos comerciantes y migrantes de todo el mundo que llegaron a México para probar fortuna. De igual forma intelectuales, artistas, primeras tiples, políticos, religiosos se dieron cita en sus calles, plazas e iglesias.

La revolución que todo transforma obligó a la oligarquía gobernante a salir del país huyendo de los horrores de la misma, por lo que estas grandes casas fueron abandonadas poco a poco y la colonia sufrió un grave deterioro en sus construcciones. Poco a poco nuevos habitantes y comercios fueron llegando con un nuevo estilo arquitectónico, el Art Deco muy de moda durante los años 30’s y 40’s.

Una grave desgracia sucedió a esta zona de la ciudad cuando dos terremotos dañan sus edificios y obligan a sus habitantes a salir para proteger sus vidas de construcciones dañadas y a punto de caer, sobre todo después del año 1985, la colonia queda olvidada por cerca de 20 años hasta que especuladores inmobiliarios descubren su potencial y la nueva generación de jóvenes crean su paraíso hipster en los edificios que sobreviven en ella.

La zona se ha llenado de juventud, de galerías de arte, de tiendas de alimentos orgánicos, de restaurantes con agradables terrazas que ocupan tanto aceras en la calle como antiguos jardines de las residencias, edificios modernos rescatan fachadas antiguas y respetan la fisonomía de la ciudad dando a sus nuevos moradores el lujo y los adelantos del este siglo XXI

Restaurantes de grandes chefs aclamados mundialmente ocupan ahora las viejas residencias que antaño eran ocupadas por una sola familia, ahora estas mismas residencias se encuentran abiertas a nuevos visitantes para admirar sus lujosos salones y saborear las delicias que salen de sus nuevas cocinas contemporáneas.

Boutiques con nuevas tendencias de moda alternativa dan cabida a nuevas expresiones y formas de ser, pequeños y lujosos hoteles boutique invitan a dormir en sus habitaciones de altos techos y sólidos muros, invitándonos a disfrutar del silencio y paz que nos proporcionan.

  • Anímate a conocer esta zona de la ciudad de México en tu próxima vista. México tiene muchos secretos que te están esperando para hacerte sentir único, especial y diferente, ven y recórrelos, descubramos juntos lo desconocido de lo conocido.

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