Las várices se pueden originar por herencia genética, o como consecuencia de los malos hábitos de vida a través de los años, pero principalmente por la mala circulación sanguínea. Esto produce que las venas que llevan la sangre se debiliten, se hinchen, parezcan amoratadas, y en algunos casos pueden llegar a romperse y formar coágulos, y generar enfermedades más graves.
Los causantes de las várices pueden ser el sobre peso, ya que la presión sobre las piernas aumenta, las venas se oprimen, y esto evita que haya una buena circulación de sangre. Otro motivo es la falta de ejercicio, ya que estimula la circulación sanguínea y evita el estancamiento.
Caminar, trotar, andar en bicicleta o nadar son ejercicios que favorecen la circulación, pero si ya se tiene várices, es importante evitar los ejercicios fuertes y extenuantes. En el caso de que se quiera comenzar un programa de ejercicios, se recomienda consultar con un médico.
Otros factores importantes a la hora de prevenir las várices es evitar estar mucho tiempo parado o sentado, sin descansar. Unos trucos son evitar cruzar las piernas cuando se está sentado, y tratar de mantener las piernas elevadas cuando se está durmiendo, descansando o sentado.
También es fundamental evitar la ropa ajustada, en especial en la cintura o las piernas. No se recomienda usar tacos altos por períodos largos de tiempo; en cambio, los tacos bajos ayudan a tonificar los músculos de la pantorrilla, lo que estimula la circulación de la sangre.
Mantener una dieta equilibrada (y rica en fibras) no sólo ayuda a mantenerse en un peso saludable, también puede ayudar a prevenir las várices.
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