Si nos ponemos a analizar, pasamos cerca de un tercio de nuestra vida durmiendo y esto no sucede por casualidad, el sueño cumple una función restauradora esencial para nuestro organismo.
En el adulto promedio, el patrón del sueño – estado de alerta, se repite aproximadamente en ciclos de 24 horas. Siendo que el estado de alerta ocupa cerca de dos tercios de este ciclo. Existen estructuras cerebrales que establecen el patrón sueño – estado de alerta que el cuerpo debe seguir, éstas tienen mucho que ver con el ciclo día – noche, el ambiente exterior y las actividades que cada persona realiza en su día a día.
Una de las interrogantes que surgen con relación al sueño, son el número de horas que debemos dormir: ¿cuatro, cinco, siete, ocho, o hasta más?. Para algunos cuatro o cinco horas son más que suficientes para sentirse descansados, para otros este período de tiempo no les permite lograr el descanso necesario y deben dormir unas horas más. Lo cierto es que se establece como promedio de siete a ocho horas de sueño para el común denominador de las personas. Pero son varios los factores que se deben tener en consideración: edad, salud, actividades del día a día. De acuerdo a los científicos, el período del sueño tiende a ser cada vez menor a medida que la persona se va haciendo mayor.
Dormir bien es esencial para poder llevar una vida saludable, no sólo es una actividad placentera sino que mejora la memoria, la creatividad, protege al corazón, reduce la depresión, te ayuda a perder peso, a mantenerte sano y además, a permanecer joven por más tiempo. ¡Así de importante es que logres un buen descanso! Por eso hemos preparado para ti, estos 6 sencillos trucos que te permitirán dormir como un angelito.
1.- Hazle caso a tu cuerpo. Cuando tu cuerpo está por entrar en la fase de sueño, comienza a transmitir una serie de señales a las que debes prestar atención: pesadez, lentitud a nivel cerebral, bostezos sucesivos, ardor en los ojos. Si no atiendes a estas señales, es muy probable que luego, debas esperar cerca de cuarenta minutos a una hora para lograr conciliar el sueño.
Respeta siempre, en la medida de tus posibilidades, la hora natural del cuerpo para iniciar el descanso.
2.- Acondiciona el ambiente. Cierra las ventanas y las cortinas. Mantén una temperatura adecuada en tu cuarto, pues será muy difícil lograr conciliar el sueño con una temperatura elevada en tu habitación. Opta por una decoración ligera y por colores cálidos. Aunque no lo creas, son factores que te ayudarán a disfrutar de un sueño reconfortante.
Aléjate de los dispositivos electrónicos. Escoge un buen libro.
3.- Evita comer mucho antes de ir a dormir. Acostúmbrate a comer por lo menos dos horas antes de irte a la cama y que la cena sea ligera. Deberá suponer el 15% al 20% del total del aporte calórico diario. En primer lugar, debes pensar que el gasto de calorías en la fase del sueño no es muy grande, por lo que todos los nutrientes o calorías que el cuerpo no necesite en esta fase, los almacenará en sus depósitos grasos y de glucógeno.
Por otro lado, cuando dormimos, se lleva a cabo una reducción de las funciones vitales del organismo para procurar el descanso, si comes poco antes de irte a la cama, la digestión será más lenta y pesada y esto unido a la posición en decúbito, darán paso a la aparición de reflujos, ardor y la consecuente perturbación del sueño.
4.- Las plantas podrán serte de mucha ayuda. Si eres de los que le cuesta conciliar el sueño, podrás beber una tisana con miel hecha a base de plantas con efectos calmantes (tilo, manzanilla, valeriana, pasiflora, etc).
Procura liberarte además del estrés acumulado durante el día, disfrutando de un baño de inmersión con agua tibia a la que podrás añadir aceites esenciales relajantes, tales como: lavanda, geranio, eucalipto, albahaca, naranja, romero, salvia o sándalo.
5.- El Ejercicio Físico también será una buena opción para mejorar tu descanso. El cansancio producido por la actividad física, definitivamente contribuirá en tu objetivo de lograr tener un sueño realmente reparador.
Por otro lado, las dificultades para conciliar el sueño, mucho tienen que ver con los estados de tensión psíquica. Es por ello, que si has tenido una actividad mental muy intensa durante el día, deberás buscar soluciones para poder liberar esas tensiones, las mismas podrán ser: introducir ejercicios de manera regular y realizar actividades relajantes, como la meditación, el tai chi, el yoga, reiki, reflexología, o simplemente unos masajes.
6.- La almohada definitivamente “SÍ” importa. La almohada es esencial para poder disfrutar de una buena noche de sueño, por eso debes escogerla con sumo cuidado. El modelo ideal es aquel que se adapta a tu cuerpo y especialmente a tu columna vertebral y a la posición en la que acostumbras dormir. La columna deberá quedar recta, así como cuando estamos de pie. Desde el comienzo de las cervicales hasta la cadera, deberá estar bien alineada. El no lograr esta posición, evitará que tus músculos descansen y se relajen.
Si duermes con el abdomen hacia abajo, deberás optar por una almohada de perfil más bajo y flexible.
Si duermes de lado, deberás darle preferencia a un modelo de perfil más alto y más firme. Recuerda que la altura deberá ser identica a la distancia que va desde el cuello a la parte externa del brazo.
Si duermes con el abdomen hacia arriba, deberás escoger una almohada de dureza y grosor intermedios, ajustada a la diferencia entre el cuello y la columna.
Presta atención a estos detalles:
a) Las horas en las que obtendrás mayor descanso serán las primeras. Algunos estudios demuestran que cuando logramos la parte más profunda del sueño, algunas horas después de adormecer, ya habremos logrado todos los beneficios.
b) Menos horas de sueño, implican mayor gasto energético al día siguiente. Algunos estudios indican que gastaremos hasta 25 % más de energía para realizar las mismas tareas. El organismo intenta de esta forma compensar el sueño perdido.
c) No dormir lo suficiente, disminuirá tu estado de alerta, atención y hasta tu apetito sexual.
d) El sistema inmune del cuerpo se debilita a medida que aumenta la deuda de sueño, por lo que aumentarán las posibilidades de contraer enfermedades.
e) Dormir poco está relacionado con el aumento de peso, debido a que la falta de energía estimula tu apetito e interfiere en tus decisiones con relación a lo que comes, pues darás preferencia a porciones más grandes y a mayor cantidad de grasas y azúcares.
f) Los colchones interfieren con la calidad del descanso. Una cama demasiado suave será perjudicial para obtener un sueño profundo, así como uno demasiado duro.
Poniendo en práctica estos sencillos trucos, podrás disfrutar de una sueño realmente reparador, sentirás una gran inyección de energía y siempre estarás listo para comenzar tu día con mucho más ánimo.
Si tus problemas de descanso persisten o consideras que tienes un problema severo de insomnio, consulta a tu médico de confianza, puesto que las repercusiones de la falta de sueño en tu organismo pueden volverse realmente graves.
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