La alimentación es un factor determinante en la preparación de un deportista. Si esta incluye la hidratación necesaria, quien hace deporte, podrá sacar el mejor provecho de su entrenamiento y se sentirá en su mejor estado para enfrentar la competencia. El futbolista no es la excepción, al contrario, hay que trabajar desde sus inicios, acostumbrándolos a servirse alimentos de todos los grupos alimenticios, sin tener que dejar de lado sus preferencias individuales saludables. El entrenamiento invisible, del cual la alimentación es una parte, complementa el rendimiento de un futbolista en cancha.
Alimentarse es el acto de consumir los alimentos que el cuerpo humano necesita para mantenerse en funcionamiento, es el carburante, con el que esta perfecta máquina se pone en movimiento, siendo elección del consumidor, un combustible de mayor o menor octanaje. Manteniendo esta comparación, para que el motor funcione a su mayor capacidad, requiere que el nivel de la gasolina sea el exacto; así sucede con el proceso de nutrición de los seres humanos, que es una consecuencia de nuestra alimentación. Siempre será una tarea bien empleada de padres y madres de los deportistas cultivar los mejores hábitos en este campo.
Las personas necesitamos prioritariamente del agua para la vida, por ello una alimentación correcta es incompleta sin la hidratación necesaria. Con frecuencia se escucha hablar del líquido vital al mencionar el agua, razón por la cual aparece en la base de la pirámide alimenticia, sin embargo hay frutas y verduras que también aportan este elemento a la alimentación. Sería imposible que un deportista-futbolista ignore este conocimiento y esté consciente de que debe hidratar antes, durante y después de cualquier actividad deportiva como antecedente de una alimentación saludable.
Parecería, después de lo mencionado, que este acto casi instintivo de comer, es una tarea complicada de realizar, pero nada más alejado de la verdad; cae más vale en la concientización del aporte inmenso de una buena alimentación para la salud, decía Hipócrates que nuestra alimentación es nuestra medicina. Para hacerlo bien, basta con tener en cuenta las cuatro leyes de una correcta ingesta de alimentos que son la calidad, la cantidad, la adecuación y la armonía de aquello que comemos; más no es mejor; rico no es feo; comer bien no es monótono, ni excluyente. Comer es un acto voluntario que depende de la elección, de aquello que ofrece el medio, en pro de las necesidades y circunstancias durante las cuales se debe elegir.
Lo expuesto anteriormente es una reflexión para todas las personas, pero una demanda para los deportistas. La alimentación y por consiguiente la nutrición, son factores decisivos para el rendimiento deportivo. Si bien es cierto, que nadie mejor que cada uno de estos deportistas, puede responder ante esta responsabilidad, no es menos cierto que en las etapas formativas, será decisivo lo que sus mayores modelen para ellos, pues en este campo el control no ejercerá el mismo peso que la motivación para lograrlo. Ofrecer una dieta balanceada, horarios regulares, espacios placenteros y el cultivo de buenos hábitos, hará la diferencia y será el inicio para aceptar con agrado los requerimientos específicos que en este campo la competencia exige.
- Ecuador
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.