Quieres comprar tu casa y no cuentas con el dinero suficiente para pagarla por completo, así que decides pedir el dinero que te falta al banco. Surgen entonces dos opciones para ti: el préstamo hipotecario y el crédito hipotecario ¿Cuál es la diferencia entre los dos?
Ambos procesos guardan bastante similitud y aunque tienen la misma finalidad, funcionan de forma diferente. Es necesario conocer las particularidades de una y de otra opción para que puedas elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.
El préstamo hipotecario es un proceso cerrado, que cuenta con unas condiciones determinadas en un contrato. En el caso de que desees hacer modificaciones, luego de formalizado el préstamo hipotecario, se deberá hacer una novación. Así que si quieres hacer una modificación, como ampliar el plazo, el importe a financiar, etc; las condiciones del primer préstamo quedan anuladas prevaleciendo las últimas modificaciones.
Por su parte, un crédito hipotecario, consiste en conceder una cantidad de dinero al solicitante y una vez concedido, éste puede disponer de él, total o parcialmente. Lo que quiere decir que cada vez que necesites dinero, puedes disponer del que quedó pendiente, siempre que la cantidad que pretendas usar, no supere el límite del crédito concedido por el banco.
Otra cosa que distingue a ambos procesos, son las comisiones, subrogaciones e intereses, que suelen ser más altos en el caso de los créditos hipotecarios.
Ahora bien, tomada la decisión, de cuál será la modalidad en la que pedirás el dinero a tu banco, existen algunos consejos que debes tener en consideración para que puedas tener éxito con relación a su uso.
Consejos que debes tener en consideración a la hora de solicitar una hipoteca
Te ponemos un ejemplo para que lo veas más claro. Susana quiere comprar una casa, pues ha estado viviendo los últimos años alquilada.
El valor de la casa que Susana quiere comprar es de 40 mil dólares, pero ella cuenta únicamente con 5 mil dólares ahorrados. Por lo tanto, ha decidido pedir al banco los 35 mil dólares restantes.
En su visita al banco, para solicitar un préstamo hipotecario ha recibido la siguiente propuesta. Recibirá los 35 mil dólares a una tasa anual del 6 %, por los próximos 25 años. Esto quiere decir que, Susana deberá pagar mensualmente, durante los próximos 25 años, un monto de 225 dólares.
Al cabo de 25 años, Susana habrá pagado al banco, 67.500 dólares, correspondientes a 35 mil dólares de su capital más 32.500 dólares a intereses.
¿Estas condiciones son favorables para Susana?
Antes de tomar el préstamo Susana debe tener en consideración algunas cosas:
1.- Considerar si el dinero para la inicial es el adecuado. Tal vez Susana deba ahorrar un poco más para que las condiciones del préstamo puedan mejorar. Mientras más inicial dé, menos intereses tendrá que pagar y las cuotas mensuales serán más bajas.
2.- Contar con un colchón financiero. En 25 años, pueden pasar muchísimas cosas, ¿qué sucede si Susana en el ínterin pierde el empleo y no cuenta con un colchón financiero? Pues seguramente, el desastre.
Por lo tanto, es importante que antes de pedir el préstamo al banco Susana cuente con una cantidad de dinero que le permita hacerle frente a este tipo de situaciones. Susana deberá crear un fondo que contenga 6 veces la cantidad de sus gastos mensuales.
3.- Ingresos mensuales. Susana deberá saber exactamente, a cuánto equivalen sus ingresos mensuales, para poder determinar si es capaz de pagar las cuotas mensuales del préstamo al que pretende acceder.
¿Cómo hacer esto? Pues si los ingresos mensuales de Susana son de 550 dólares y deberá pagar 225 dólares por las cuotas del préstamo, el porcentaje de ingresos que estará dedicando a ello será del 41 %. Restándole, solamente, 325 dólares para pagar todos sus gastos. Nada recomendable, ¿cierto?
¿Qué es lo recomendable? Que el préstamo no se lleve más del 30 % de tus ingresos netos.
4.- Plazos del préstamo. Se suele pensar que mientras más años tengamos para pagar mejor, puesto que las mensualidades quedarán más bajas, pero ¿es realmente beneficioso para nosotros?
Si pensamos que mientras más largo sea el plazo, más dinero se irán en intereses, llegamos a la conclusión de que no lo es tanto así.
Si volvemos al ejemplo de Susana, veremos que en 25 años con una tasa anual del 6 %, al final terminará pagando 67.500 dólares y con ello, 32.500 dólares en intereses.
Ahora imagina que Susana no toma el préstamo a 25 años sino a 20 años. Entonces pagaría 60.175 dólares y en ello, 25.175 dólares de intereses. Sus cuotas serán de 250 dólares mensuales, pero se libera 5 años más temprano de la hipoteca y se ahorra un buen dinero en intereses.
Concluyendo, si vas a solicitar un préstamo hipotecario, deberás analizar cuidadosamente tu situación financiera (actual y futura), cerciorándote de que cuentas con al menos el 20 % de la inicial o enganche. Y a la hora de devolverlo, es muy importante planificar el pago y hacer los cálculos necesarios que finalmente te permitan tomar la mejor opción.
Contempla todos tus gastos y detalla tu capacidad de ahorro y destina un porcentaje fijo de éste para devolver tu préstamo. En tal sentido recuerda que el pago de las cuotas, no debe llevarse más del 30 % de tus ingresos netos y finalmente, toma hipotecas de hasta 20 años.
Si ves que no puedes cumplir con estos consejos, entonces probablemente aún no te encuentres preparado para asumir un préstamo hipotecario. Si ese es el caso, no te estreses ni te deprimas, podrás ajustar progresivamente tu plan de ahorro y dedicar más tiempo en la construcción de tu enganche para que puedas, más tarde, optar por el préstamo de forma segura. Después de todo se trata de que la compra de tu casa sea una experiencia satisfactoria y no que acabe por convertirse en la peor de tus pesadillas.
Fuente:
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¿Te han servido estos consejos para tomar tu decisión en la adquisición de un préstamo hipotecario? ¡Si te ha sido de utilidad, compártelo con tus amigos!
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