DESHAZTE DE LO QUE NO NECESITAS
Muchas veces con el tiempo vamos acumulando cosas que quizás antes nos eran útiles, pero ya no lo son y las mudanzas son la ocasión indicada para dejar atrás todo eso que no necesitas y hacer una limpieza y una renovación de tus pertenencias.
Puedes sacar provecho de esta situación y hacer una venta de garaje para poder ahorrar un poco. También puedes donar todo lo que no necesites a caridad o regalarlo a algún conocido, la idea es no llevar a tu nuevo hogar cosas que no usarás y que ocuparán espacio innecesario.
Mientras empacas, ve revisando tus cosas y pregúntate realmente qué usas y que no. Ve separa lo que sí te llevarás y lo que no, de esta manera aprovecharás de mejor manera el espacio.
ORGANÍZATE PARA NO PERDER TIEMPO
Mudarse es desgastante, no vamos a mentir, pero si te preparas y arreglas todo con anticipación podrás lograr hacerlo sin tanto estrés…
Te recomendamos que fijes una fecha para empezar al menos dos semanas antes de la fecha de la mudanza. De esta forma, te puedes tomar varios días para empacar, porque intentar guardar todas tus pertenencias en una sola jornada puede ser demasiado pesado.
Antes de empezar, asegúrate de que cuentas con suficientes cajas, plástico de burbujas, papel para envolver, marcadores, cinta adhesiva, periódicos y cualquier otra cosa que creas que vayas a necesitar para no interrumpir el proceso.
Intenta hacer un inventario y anotar las cosas que guardarás para poder identificar las cajas al momento y que sepas dónde está cada cosa. Identifícalas con letras, números o colores y haz listas de su contenido para que no enloquezcas intentando buscar algo y no sepas dónde lo metiste.
EL MOMENTO DE EMPACAR
Aunque uno podría pensar que es el momento más fácil porque sólo se supone que tienes que meter cosas en cajas; resulta que este suele ser el más complicado si es que quieres hacerlo de manera organizada y productiva…
Comienza empacando las cosas que menos uses hasta que ya se acerque el día y puedas guardar las que sí tienes en constante uso. Intenta distribuir el contenido de las cajas en zonas, así cuando llegues a tu nuevo hogar no tienes que abrir todas las cajas para conseguir los utensilios de cocina, por ejemplo. Trabaja por áreas y verás que tanto empacar como desempacar se hace más fácil para ti.
DÓNDE GUARDAR QUÉ
Para empacara de manera correcta hay que tener en cuenta ciertos aspectos y armar una estrategia, de esta manera evitarás tener que deshacer y rehacer tu trabajo y podrás guardar todo de la manera más eficiente.
Los objetos pesados inténtalos guardar en cajas pequeñas, así asegurarás que en una sola caja haya demasiado peso. Si tienes cajas grandes busca guardar cosas livianas e ir probando cómo va mientras vas metiendo tus cosas, no vaya a ser que por el tamaño puedas guardar mucho pero después no puedas mover la caja.
Si vas a empacar ropa, cortinas, sábanas u pertenencias de este tipo, podrías aprovechar que son fácilmente moldeables y meterlas en bolsas o maletas; así dejas las cajas para cosas más delicadas.
TRANSPORTAR TUS PERTENENCIAS
Ya sea que vayas a contratar un camión para que te ayude con el traslado o si tú mismo vas a hacer la mudanza; como todos los procesos que tienen que ver con este tema lo mejor es la organización para poder facilitar cada etapa.
Antes de empezar a llenar el camión o tu vehículo, asegúrate de que todas las cajas estén bien cerradas para evitar accidentes. No está de más que tengas a la mano unas cuantas herramientas, cajas o bolsas extras, cinta o lo que creas que puedas necesitar en caso de que se presente algún imprevisto al cargar las cajas.
La manera más estratégica es ir cargando los muebles y demás objetos voluminosos para poder asegurarlos al medio de transporte y luego ir rellenando los espacios que dejan con bolsas o cajas. Recuerda siempre asegurar con cuerdas las cargas, para que nada se mueva de su lugar y dañe tus pertenencias y coloca las cajas con objetos frágiles y delicados en lugares estables.
Y AL FIN, ¡DESEMPACAR!
Lo primero que te recomendamos es ir desempacando por las zonas más importantes que tienen los objetos que más utilices y, una vez que empieces a sacar las cosas, colócalas en el lugar que ocuparán en el espacio; así no tendrás que trabajar doble: sacando todo y luego acomodándolo.
Por eso, sería bueno mirar el espacio e ir estudiando dónde quieres colocar cada cosa antes de abrir todas las cajas como loco, así no tendrás que estar decidiendo en el camino el lugar de cada cosa y tener que reacomodarlos si no te gusta o no te funciona el espacio que le habías destinado.
Cuando ya hayas desempacado lo esencial, puedes seguir por las cosas más voluminosas, como por ejemplo los libros, que ocupan mucho espacio y son fáciles de acomodar. También es buena idea ir deshaciéndote de la basura de las cajas o los plásticos para tener el espacio libre.
Finalmente disfruta de haber llegado a tu nuevo hogar, ¡bienvenido!
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