Cuando hablamos de finanzas personales, necesariamente, debemos considerar que hablamos de decisiones hechas por una persona, las cuales se basan en sus emociones, sus preocupaciones, sus sentimientos y, por lo tanto, no podemos ignorar su relación.

 

“No podemos controlar que emociones y circunstancias experimentamos, pero si podemos decidir como responder ante ellas”. Gary Zukar

 

En la actualidad se ha desarrollado una nueva área de la neurología, llamada Neuroeconomía, la cual mediante la combinación de la neurología y la economía ayuda a entender mejor la forma en que el cerebro toma decisiones económicas y sociales. Esta ciencia ha descubierto que durante el proceso de elección se activa el área del cerebro que maneja las emociones, por lo que la estabilidad emocional depende en gran medida de la relación de tus decisiones financieras y los sentimientos al momento de tomar esas resoluciones.

 

La forma como te relacionas con el dinero y el valor que le das es aprendida a través de las experiencias y mensajes vividos en tu infancia, a través de tus padres, y más adelante por el entorno y la gente con la que te desarrollas y se ve reflejado en la edad adulta en tus decisiones financieras de: gasto, ahorro e inversión.

 

El bienestar emocional se logra al alcanzar una estabilidad interna, la cual es subjetiva y depende de cada persona en cuanto a sus gustos.

 

Entonces, el bienestar emocional y financiero se obtiene en el momento en que las decisiones relacionadas con tu dinero te dan tranquilidad y paz mental. Debes considerar que para algunas personas su “status quo” es la angustia mensual por recibir el dinero suficiente para cubrir sus gastos y esa angustia es la que les da estabilidad emocional porque es a lo que están acostumbrados o lo que han vivido desde pequeños.

 

El punto medular es identificar y manejar los sentimientos que genera el manejo del dinero para cada uno de nosotros, por ejemplo:

  • Si eres temeroso, se verá reflejado en tu inseguridad para tomar decisiones y en ese caso puedes solicitar ayuda a algún especialista o a algún amigo que tenga más conocimientos financieros. Recuerda: siempre puedes acudir al personal de las instituciones financieras para aclarar tus dudas, es parte de su trabajo.

 

  • Si eres desidioso, tus decisiones serán aplazadas hasta que consideres que es el momento adecuado, el cual puede no llegar nunca. Lo aconsejable sería establecer una fecha límite para tomar una decisión y obligarte a cumplirla.

 

  • Si eres flojo, todas las decisiones relacionadas con tu dinero te dan flojera por que implican dedicarle tiempo a obtener información. Para ayudarte a controlar este sentimiento puedes solicitar en una institución financiera que cada mes se reinvierta tu dinero, o te depositen los intereses en otra cuenta o que paguen los servicios como luz, teléfono, etc. de tu cuenta bancaria; esto evitara que cada mes tengas decidas sobre diferentes alternativas.

 

  • Si eres envidioso, tus decisiones financieras estarán basadas en las decisiones de terceras personas. Recuerda que lo que es bueno para otros no necesariamente es bueno para ti, los recursos y las necesidades económicas varían de persona a persona. Analiza cuáles son tus requerimientos y de cuanto dispones mensualmente y en eso basa tu planeación financiera.

 

Podemos seguir hablando de más sentimientos pero la lista sería muy larga, podemos concluir con la siguiente recomendación: antes de tomar una decisión sobre tus finanzas analiza que sentimiento te provoca y busca cuál es la mejor forma de minimizar el impacto.

 

Autor,

Gabriela González Hernández