Cualquier área que se gestione en forma interna implica asignación de diferentes recursos. Destinar un espacio físico necesario para realizar la tarea, escritorios, estanterías y otros elementos, contratar personal especializado, adquirir software y/o hardware, entrenar al personal que va a asignar a ese trabajo, cargas sociales, riesgos de indemnización, etc. De esta manera hay un seguimiento profesional de los temas estratégicos pero los costos se elevan y a veces no es necesario tener 8 horas por día una persona en la oficina pero al contratar en relación de dependencia no hay más opción que pagar esas horas, sean o no productivas. El compromiso puede ser alto al menos al principio, si elegimos bien a nuestros colaboradores, dado que el empleado depende de la empresa y se genera una relación de largo plazo que en ocasiones es recompensada por una buena productividad pero no siempre porque los costos en alza de indemnizaciones a medida que pasa el tiempo pueden generar que el compromiso descienda con los años.
Si se encargan directamente los dueños o socios quizás los costos directos bajen pero las oportunidades que se pierden día a día por no tener personas que enfoquen esa tarea de manera permanente, especializadas en el área y que hagan un seguimiento constante de la estrategia y su implementación pueden generar un costo mucho más penoso para la organización.
En ocasiones los socios dedican un rato al marketing y luego se olvidan, apremiados por temas más rutinarios y urgentes, dejando de lado la planificación, olvidando cuál era el camino trazado o sin siquiera dedicarse a pensarlo en algún momento. Las tareas ligadas al marketing que requieren conocimientos técnicos como diseño gráfico, diseño web, diseño publicitario o de stands se subcontratan y empiezan a intervenir distintos proveedores con estilos, visiones y operatorias diversas, perdiendo por el camino la coherencia entre los formatos y desdibujándose la personalidad marcaria. La marca se va mostrando cada vez de una manera distinta, los mensajes cambian a medida que cambian los proveedores y avanzan las tareas y es difícil reconocer una empresa detrás de tanta diversidad y mucho más complicado identificarla y recordarla. Por otro lado el compromiso de los distintos proveedores es relativo porque al cobrar por trabajo están muy apurados por terminar y menos interesados en la calidad del producto terminado o la alineación con la estrategia.
La tercera opción es tercerizar el área de marketing, con las ventajas de los dos sistemas anteriores pero sin sus problemas. Al no tener una persona 8 horas por día sentada en la oficina no invertimos tiempo en supervisión, cargas sociales, capacitación, espacio e infraestructura. Los costos bajan pero el compromiso se mantiene alto porque hay una relación de largo plazo de por medio y el prestador de servicios tiene el mismo interés que la organización: generar buenos resultados. Al no haber indemnizaciones de por medio se sabe que la continuidad en la contratación del servicio está dada por la situación de la empresa y los resultados logrados, con lo cual el foco está en generar crecimiento y rentabilidad que serán tan positivos para laempresa como para la consultora. Que la empresa y la consultora tengan el mismo interés provoca la alineación necesaria para que los números acompañen y la tranquilidad de los socios que saben que hay un seguimiento profesional de manera que pueden dedicarse de lleno al área en que tienen mayor expertise y donde está su fortaleza. Cada uno en lo suyo, dedicándose a lo que mejor hacen. El cliente agradecido.
País:Argentina
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