Ya sea que iniciemos un negocio o empresa, tengamos un proyecto, trabajemos o tengamos una empresa familiar establecida, puede haber un común denominador: las ganas de empezar un año distinto. Marcar la diferencia, generar un hito que sea recordado en la historia personal o en la historia de la empresa. El año en el cual: nos organizamos mucho mejor, avanzamos en la comunicación, crecimos, mejoramos, despegamos, iniciamos un ciclo que nos llevó a mejores resultados.
A esta altura del año las intenciones son excelentes, muchas veces las fiestas pasan y nos dejan llenos de energía y con la sensación de que el año que se inicia no tiene que ser un año más, de nosotros depende que sea uno especial y queremos que lo sea. Lo cierto es que hay que aprovechar las ganas que nos despiertan estas fechas, el espíritu de cambio, de renovación, y traducirlo en acción. Especialmente los que se van de vacaciones a partir de febrero y tienen un enero de tranquilidad para aprovechar.
Lo ideal es iniciar el ciclo preguntándonos qué queremos que cambie en el 2014, qué pendientes nos quedaron del 2013 que no quisiéramos que sigan ahí cada fin de año. ¿Cuáles son los temas que marcan la diferencia?. Generar metas específicas puede ser una buena manera de empezar el cambio. Si no sabemos bien cómo encarar las metas o conocemos el objetivo pero no la manera de cumplirlo puede ser un buen momento de pedir ayuda, tanto para especificar las metas como para cumplirlas. Puede pasar que creamos que un consultor no está a nuestro alcance sin saber realmente los costos asociados, mejor que prejuzgar es informarse, un llamado telefónico o email nos puede sacar de dudas.
A la hora de planificar el año vale la pena recordar que lo perfecto es enemigo de lo bueno, fijarse metas posibles, decidirse a empezar, en la medida de las posibilidades de cada uno. Lo importante es pasar a la acción porque lo que impera es la tendencia, ya sea positiva o negativa, una vez iniciado el movimiento con decisión se encuentran las personas, empiezan a aparecer los medios y todo acaba resultando más fácil de lo que parecía. Lo único difícil es dar el primer paso, salir de la inercia, de la inactividad que nos condena, muchas veces por propia decisión u omisión, a no hacer nada.
Fijarse pasos en el camino, hitos, es una buena manera de ponerse en marcha. Mínimamente objetivos mensuales, entender el horizonte de tiempo que involucra cada acción, o informarse al respecto, es una forma de empezar a hacer realidad los cambios y en definitiva, los sueños. Y comprometerse a cumplirlos, perseverar, tomar las decisiones que hagan falta y correr los riesgos necesarios, medidos, razonables pero necesarios.
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Hace falta tomar decisiones para cambiar y las mismas implican riesgos, ya lo decía Peter Drucker “Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente.”
- Argentina
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