Pide ayuda
Tener un hijo implica un gran esfuerzo emocional, mental y físico de tu parte y si bien como mujer te consideras capaz de poder lidiar con todo, no está mal pedir ayuda. Que te brinden apoyo no quiere decir que eres una mala madre, está bien admitir que estás agotada y pedir ayuda. Que no te dé miedo admitirlo, ¡todos necesitamos un respiro en algún momento!
Confía en ti
A pesar de que de vez en cuando necesites asistencia, eso no quiere decir que siempre tenemos que dudar de nuestras capacidades. No te juzgues, nadie nació sabiendo cómo ser mamá así que no te agobies con tu inexperiencia, confía en tu instinto maternal.
Limpia pero no demasiado
Es cierto que antes de que tu bebé cumpla el primer año, es fundamental su higiene; sin embargo, ¡no te obsesiones! Hay que limpiar los objetos con los que tu bebé estará en contacto para que no se exponga a las bacterias pero si tomas una actitud extremista y esterilizas todo, tu hijo no podrá desarrollar sus propias defensas. Esto se aplica en la mayoría de los casos aunque si el niño es prematuro, si es imperativo extremar la limpieza, al menos durante las primeras semanas.
No lo bañes diariamente
Hay que tener en cuenta que para la higiene de los recién nacidos no es necesario que lo bañes todos los días (al menos por los primeros 10 días). ¿Por qué? Porque al nacer, los bebés se encuentran protegidos por una capa de grasa y si la quitas puede que sufra alguna reacción en la piel, es por eso que por este período de tiempo es suficiente con que enjuagues con agua y un jabón muy suave sólo en los genitales, las manos y los pies.
Chequea su temperatura
Para los bebés no son buenas las temperaturas extremas, por lo que no es recomendable que pase mucho frío ni tampoco mucho calor. Es recomendable estar pendiente de su temperatura chequeando si tiene las manos o los pies fríos para cubrirlo o si le suda el cuello para destaparlo.
Deja que tenga contacto con los demás
Luego de los nueve meses de embarazo, es lógico que quieras proteger a tu bebé porque lo ves pequeño y frágil pero debes permitir que las personas que te rodean puedan tocar o cargar a tu bebé pasados los primeros días, siempre y cuando no se encuentren enfermos.
¡Duerme!
Al ser la responsable de un recién nacido no son muchos los momentos que tienes para descansar, por eso cuando tengas la oportunidad, ¡aprovéchala! Necesitas dormir para recuperarte.
No te alarmes innecesariamente
Como padre primerizo, es común que te angusties con facilidad por la salud de tu bebé pero no por eso debes vivir en la emergencia del hospital. Poco a poco aprende a observar a tu bebé y a interpretar cuándo está realmente padeciendo de alguna enfermedad. También es cierto que debes consultar a tu médico pediatra en caso de una real emergencia ya que es él quien puede brindarle un correcto diagnóstico y recomendación a tu bebé.
¿Cómo dormirlo?
Al momento de dormir a tu hijo, es importante la posición. Colócalo de lado o en tal caso boca arriba (ojo con la posición después de alimentarlo) y procura que al menos durante sus primeros seis meses de vida, duerma en tu habitación.
Si duerme de día, no cierres las ventanas ni apagues las luces y menos dejes de hacer ruido por él, tu bebé tiene que acostumbrarse a los sonidos cotidianos de la casa para percibir que es de día y que está tomando una siesta ya que a partir del mes y medio sus patrones de sueño se empiezan a desarrollar dependiendo de los ciclos de luz-oscuridad.
No lo dejes llorar
Es un mito que hay que dejar llorar a los bebés para que no se malacostumbren. Si tu bebé llora, hay una razón. Revisa su pañal, dale de comer o de beber, acuéstalo a dormir, revisa si tiene frío o calor o cárgalo y acarícialo. En caso de que ninguna de las razones anteriores sea la causa de su llanto, puede que tu bebé sufra de cólicos, en este caso hazle masajes en su barriga y consulta a tu médico si persiste la molestia.
Aliméntalo cuando te lo pida
Cuando los bebés acaban de nacer no tienen horario de comida así que dale de comer cuando te lo pide porque es lo que necesita. En el caso de las mujeres que le brindan lactancia materna, es importante que el bebé vacíe ambos pechos en cada toma puesto que esa leche final contiene más grasa y calorías, dándole a tu bebé una sensación de llenura por más tiempo.
Recomendaciones
Recuerda que estas son guías y que siempre debes consultar con tu médico en caso de que tengas dudas.
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