¿Alguna vez, después de estar conduciendo tu coche, has llegado a tu destino sin haberte dado cuenta por dónde habías pasado?
Hacemos muchas cosas de forma automática, sin necesidad de una gran concentración para realizarlas y, por ello, pasamos por alto los detalles que suceden a nuestro alrededor. Esas actividades que hacemos a diario y que tenemos muy automatizadas hacen que nos desconectemos del presente y las hagamos pensando en el pasado o en el futuro. Vivir el aquí y el ahora es necesario para poder estar con nosotros mismos. El pasado y el futuro no existen:
El pasado es un recuerdo que tenemos en el momento presente, es decir, lo que ocurrió ayer, hoy ya no existe, tan sólo queda el reflejo de lo sucedido.
Las emociones que surgen de algo pasado, como la nostalgia, el rencor o el arrepentimiento no afectan a nuestro pasado, no están modificando el hecho que desembocó en dicha emoción, sino que están impactando tu presente, de alguna forma está haciendo que lo que estás viviendo ahora, no lo estés viviendo en plena consciencia, porque tu cabeza está más pendiente de revivir lo sucedido que vivir lo que está ocurriendo en ese instante.
Con el futuro pasa algo similar, lo creamos nosotros mismos desde nuestra mente, nos olvidamos de estar plenamente en nuestro presente y en lugar de eso, nos ponemos a diseñar un futuro que ni ha ocurrido, ni ocurrirá. Preocuparse por algo que no está en nuestra mano modificar, es muy poco útil, no nos ayuda en nada y además nos hace perder energía, nos provoca miedo, falta de confianza y sobretodo, hace olvidarnos del presente, olvidarnos de vivir el aquí y el ahora.
Hacemos muchas cosas sin vivirlas con total presencia, desde desayunar con prisa, comer sin saborear y disfrutar la comida, pasear con prisa (algo sin demasiada lógica), hacer deporte pensando en el trabajo, leer un libro o el periódico y estar pensando en otras cosas, trabajar pensando en qué hacer de comer mañana…..
Vivir con presencia plena requiere de mucha práctica, llevas toda la vida practicando vivir en tu pasado y en tu futuro, no es sencillo cambiar ese mapa mental de la noche a la mañana. De hecho, las personas que acostumbran a meditar, hacer mindfulness u otras terapias que requieren de consciencia plena en el presente, también necesitan de la práctica continua para llegar a vivir el momento, el tan ansiado Carpe Diem :)
Así que quieras o no, vas a necesitar una buena dosis de fuerza de voluntad para practicar a diario el vivir las cosas en consciencia plena, por suerte al principio, solo unos pequeños cambios van ha hacerte sentir mucho mejor, y para esos pequeños cambios solo necesitas una cosa, querer hacerlos!
Así que si quieres, si te gustaría experimentar lo que significa vivir las cosas cotidianas intensamente te propongo un ejercicio:
Intenta pasar un día entero poniendo consciencia plena en todo lo que hagas, concentrándote al 100%. Cada cosa que hagas, que toques, cada aroma, cualquier cosa que veas, cada sonido…
La idea es que centres todos tus sentidos en lo que estas haciendo para que te des cuenta de los elementos que hay a tu alrededor que hasta ahora te estabas perdiendo. Simplemente el sabor de la comida o fijarte bien en los colores de la naturaleza van a provocarte una sensación de paz muy adictiva, incluso disminuirá tu ansiedad y estrés de una forma muy considerable.
Quedo a la espera de que me contéis qué tal ha ido!
Muchas gracias por leerme, un abrazo….y feliz coaching!
- España
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