Contamíname, el amor incondicional

 

El amor incondicional necesario para servir en grande es un proceso parecido a la producción del acero templado. Creo que todos venimos a servir y a amar incondicionalmente y para ello el alma atraviesa situaciones parecidas a las que se somete el hierro para convertirse en acero, pero mucho más fuertes. El hierro no sólo debe mezclarse con el carbón y otros elementos, también debe someterse a altísimas temperaturas. Lo mismo sucede cuando la vida nos prepara a nosotros para servir y amar incondicionalmente, nos mezcla y nos calienta. Es importante comprender que no se trata de un castigo o de una prueba, es simplemente un entrenamiento y es necesario para preparar nuestra alma para su misión.

La mezcla no nos gusta porque implica muchas veces perder nuestra individualidad, renunciar a nuestros egoísmos, tener la razón, y requiere negociar, cooperar, trabajar en equipo, derrumbar esos muros que construimos a nuestro alrededor, soltar nuestras reservas y nuestros miedos y construir puentes. Algo como lo que Ana Belen expresa en su canción “Contamíname, quédate conmigo”; y es que para amar incondicionalmente es necesario permitir que el mundo nos toque, que las demás personas y los acontecimientos nos afecten, es necesario sentirnos vulnerables, interactuar, dar y recibir, pedir, perder, ganar; es necesario dejar de ser un poco nosotros mismos sin perder nuestra esencia y nuestra identidad, es cambiar la forma sin cambiar el fondo y eso requiere habilidad, fortaleza y centro.

Y qué decir de las altas temperaturas a más de 1000 grados y luego el enfriamiento rápido, proceso necesario para que dejemos de ser hierro y carbón y nos convirtamos de verdad en acero templado, un cambio químico, nuestras moléculas cambian, nuestra naturaleza interior cambia y lo sentimos en todo nuestro Ser. Cuántas veces ante uno de estos entrenamientos que nos trae la vida sentimos que no somos los mismos, miramos atrás y vemos como hemos cambiado y en tan poco tiempo. Como muchas de nuestras creencias, valores, prioridades, perspectivas, expectativas han cambiado. Y con ellos ha cambiado nuestra vida.

Si hemos sido humildes y sabios, si aprendemos durante estos procesos a ver más allá de las situaciones, a confiar en la vida, a buscar ayuda, a perdonar; si estamos dispuestos a buscar con determinación el aprendizaje que las situaciones nos traen y a entender que es lo que nos están enseñando, para qué son necesarias, de qué nos están invitando a liberarnos, en dónde estamos yendo contra corriente, cómo podemos mejorar; si estamos atentos y dispuestos, podremos superar cualquier prueba, yo estoy segura, porque “Aquel” que nos ama nos ayudará siempre a encontrar todas las respuestas.

Todos, absolutamente todos nosotros venimos a aprender, y las lecciones a las que nos veamos enfrentados son lecciones necesarias para el fortalecimiento y la transformación de nuestra alma. 

Recomendaciones

Si vemos estos procesos con aceptación, al igual que los animales ven el terreno al que se enfrentan y simplemente lo atraviesan. Si actuamos con inteligencia trabajando para cambiar lo que se puede y aceptando aquello que no se puede, o que no está en nuestras manos cambiar. Entonces iremos por la vida construyendo un futuro mejor para nosotros mismos y para aquellos a nuestro alrededor de una manera mucho más asertiva que luchando como rebeldes sin causa río arriba.

También te puede interesar: La vida de tu sueños creada desde el Ser... Creando un Cuerpo Sano

País:Argentina