Todos hemos sido entrenados en algún grado sobre la importancia que tiene la buena nutrición para el cuerpo; sabemos que nuestro cuerpo necesita agua, buena comida, descanso y ejercicio. ¿Pero qué pasa con nuestra alma? ¿Qué necesita ella?

 

La mayoría de las religiones y filosofías de todos los tiempos coinciden en que el alma necesita quietud y belleza para ser feliz. Esos son los nutrientes del alma, es de la quietud y de la belleza que el alma toma el alimento que le permite ser feliz.

Pero ¿qué entiende el alma por quietud? En dónde puede encontrar la belleza? Yo soy instructora de yoga y amo la meditación pero creo que la quietud y la belleza que el alma necesita van mucho más allá del silencio y de la paz que podemos encontrar cuando nos sentamos a meditar. La quietud que el alma busca es una forma de Ser, una forma de Ser que se construye con la práctica.

Dentro de cada uno de nosotros hay un espacio que podemos asemejar al centro del ojo de un huracán. Allí no pasa nada y es a donde vamos en la meditación. Lo que nuestra alma necesita es la capacidad de conectarnos con ese centro de quietud no solo cuando estamos sentados meditando, sino también en medio del que hacer, las exigencias y el ruido de la cotidianidad.

Muchos se preguntaran cómo? Y la respuesta es simple, pero no es fácil. La respiración consciente y el estar completamente presentes en lo que estamos haciendo nos permiten estar en ese centro. En el eterno presente no hay emociones, solo paz. En presente solo existe un pensamiento a la vez y sobre ese pensamiento cada uno de nosotros tiene total autonomía.

Cuando yo soy consciente de lo que sucede conmigo en cada momento puedo elegir, y cuando tengo elecciones soy libre. Esa es la verdadera libertad y el alma lo sabe y a eso vino, a aprender a ser libre, a estar en el eterno presente.

Y en cuanto a la belleza? Cuando yo soy consciente de lo que está sucediendo a mí alrededor puedo observar la belleza que me rodea y disfrutarla. Este mundo maravilloso fue creado por nuestro Creador para nuestro disfrute, y el precio de poder disfrutarlo es aprender a estar en presente; es simple y podemos hacerlo, pero no nos resulta fácil porque no hemos sido entrenados para ello.

Recomendaciones

Que necesita nuestra alma para nutrirse? Para ser feliz?  Que respiremos a conciencia y estemos presentes para poder comprender lo que está sucediendo con nosotros y manejarlo asertivamente (nuestra emocionalidad); y necesita que nos tomemos el tiempo de mirar de verdad para disfrutar y admirar la belleza que hay a nuestro alrededor.