Estos dos conceptos no son lo mismo, a pesar de lo que le pueda parecer. De hecho, son casi antónimos.

 

La Seguridad es algo que buscamos en el entorno que nos rodea. La Confianza la sentimos dentro de nosotros. Por eso mantienen entre ellas una relación inversamente proporcional. Cuanta menos Confianza tenemos en nosotros mismos y en nuestras posibilidades, más Seguridad necesitamos de nuestro entorno, más certezas le pedimos a la vida.

 

La certeza sobre el comportamiento del entorno exterior no es algo que dependa de nosotros, pero el problema es que lo que sentimos en nuestro interior sí depende de nosotros.

 

Ante el entorno, lo que podemos hacer es Observarlo primero, adaptarnos después y desde ahí, influir en la medida de nuestras posibilidades, que seguramente son limitadas, aunque poderosas. Lo que no podemos hacer es exigir que el entorno, las circunstancias y el comportamiento de los demás, sea siempre como nosotros queremos que sea. Eso solo nos va a generar una enorme carga de frustración, coraje e impotencia.

 

Una vez hecha esta distinción, podemos estar de acuerdo en que la seguridad, es en sí misma, una ilusión. No tenemos ni podemos tener seguridad con nada que esté en el futuro pues son demasiados los factores que no dependen de nosotros. Para empezar nuestra propia vida, pues nadie o casi nadie sabemos cuándo nos vamos a morir. Tampoco sabemos si hoy habrá un hundimiento de la bolsa, un apagón informático mundial, o cuando se producirá el próximo cataclismo, sea en forma de desastre natural, pandemia, guerra, etc…

 

Por eso es tan importante la Confianza, definida como la tranquilidad de que sabré hacerme cargo, de alguna manera de lo que ocurra, cuando ocurra, si es que ocurre. Aceptar que el futuro es un territorio incierto, donde puedo intervenir con la determinación del aventurero y la Confianza en mis herramientas, pero sin seguridad alguna sobre lo que voy a encontrar realmente.

 

Carecer de esa Confianza nos hace vivir en un estado de ansiedad permanente temiendo que pueda ocurrir algo de lo que no sabré hacerme cargo, porque me es desconocido. Y esa ansiedad es un vacío interior.

 

Hay que resaltar además, que ningún vacío interior, del SER, se va a llenar simplemente con el HACER. Y quiero explicar esto.

 

 

Ningún temor interior provocado por nuestra falta de confianza se va a sanar simplemente buscando la seguridad en el exterior. Puede darnos la sensación de paliar momentáneamente nuestros temores, pero solo por breves momentos. Ese temor, que es interior volverá a aparecer en cuanto las circunstancias externas dejen de estar totalmente bajo control, suponiendo que lo hayamos conseguido siquiera por un instante.

 

Si tengo miedo a la reacción de mi jefe, puedo intentar controlar el momento en que le voy a hablar, esperar a verle de buen humor etc…, pero cuando él me llame, sea el momento que sea, volveré a sentir el temor a lo que me pueda decir.

 

Al contrario, cuanta más Confianza tenga en mí mismo, en mis posibilidades y en mi capacidad para gestionar situaciones, menos necesitaré pedirle a la vida que me dé Seguridades. Estaré permanentemente comprometido con mi forma de hacer para manejar mejor la situación, sea la que sea y sean las que sean las condiciones externas.

 

Una vez que las acepto y me hago cargo de ellas puedo intentar modificarlas con mis acciones, pero no puedo pedir simplemente que sean diferentes. La vida es como es, no como queremos que sea.

 

Y todos tenemos dos herramientas que nos pueden ayudar a caminar por la vida con más confianza:

– Si cometo un error, puedo pedir perdón.

– Si no sé qué o cómo hacer, puedo pedir ayuda.

 

Por eso es tan importante vivir bajo el Principio de Aceptación de la realidad, para desde ahí, intervenir sobre ella. No por enojarnos con la realidad, ni por regañar a la vida por ser como es, la vamos a cambiar.

 

 

 

Ser un líder transformador requiere conectarse con nuestra capacidad de influencia, que puede ser muy poderosa si la desarrollamos bien. Y es poderosa cuando ayudamos a otras personas a desarrollar Confianza en ellos mismos y en sus posibilidades, y les animamos a actuar desde ahí. Solo podemos salir de nuestra zona de Confort desde la Confianza, porque no podemos tener seguridad de lo que va a ocurrir cuando nos enfrentamos a un escenario nuevo. Pedirle Seguridad a la vida es pedirle certeza al futuro y eso es algo que está completamente fuera de nuestras manos.

 

Por eso, por ejemplo, jamás podemos prometer sentimientos en las relaciones afectivas, pero podemos prometer conductas, porque nadie es capaz de saber con certeza cuáles serán sus sentimientos en el futuro. Decir,

“Te amaré hasta que me muera”

Es una bobada propia de telenovelas.

Puedo decir,

“Estaré contigo siempre”, “lucharé por sentir este amor siempre”, “deseo amarte como hoy hasta que me muera”, etc…

Pero no puedo saber lo que voy a sentir en el futuro.

Todo el mundo, cuando ama, pretende que sea para siempre, pero todos los días vemos amores que se acaban y otros que se inician, y no están programados; simplemente ocurre.

Lo mismo pasa con la vinculación a las empresas. Ahí también existe el divorcio y tenemos derecho a él.

 

Por eso el Líder no puede vivir con la ilusión de la seguridad de que su gran equipo de hoy no se va a desmembrar nunca. Tendrá que seguir atento y actuando para que ese vínculo se reafirme cada día, como en el amor.

Alguien dijo:

“Dicen que el amor se acaba y no podemos hacer nada para evitarlo…”

¡¡También se acaba la limpieza y por eso nos bañamos todos los días!!” ¿Quién dijo que no podemos hacer nada?

 

Como ya he dicho otras veces, todos tenemos el 100% de responsabilidad sobre LO QUE ESTÁ EN NUESTRA MANO HACER. Si hacemos eso y ocurre lo que no queremos, al menos estaremos tranquilos porque nosotros hicimos lo que nos correspondía. El resto pertenece a la vida, a los demás, o las circunstancias, y está fuera de nuestro control.

 

Querer dominarlo todo es jugar a ser Dios y eso es un síndrome que merece atención psicológica.

 

Los ciegos caminan con prudencia pero con confianza ante un entorno que no pueden ver. Eso les permite caminar por cualquier lado, a pesar de no tener la seguridad de lo que van a encontrar.

 

El futuro solo podemos imaginarlo, y después trabajar para que la realidad se parezca a lo imaginado. Pero el futuro nadie puede verlo. Ante él, todos somos ciegos. Por ello, porque la seguridad total y permanente es una ilusión, todos necesitamos trabajar profundamente nuestra Confianza para Hacernos Cargo de lo que venga.

 

 

 

 

 

  • PREGUNTAS:

    • ¿Le pido siempre a la vida que sea como yo quiero que sea?
    • ¿Tengo miedo al error, porque lo vivo como un fracaso?
    • ¿Me conecto con la rabia y la frustración cuando no es así, o aprendo de mis errores?
    • ¿Cómo puedo conseguir que otros confíen en mí, si yo no soy capaz de hacerlo?
    • ¿Me considero una persona que acepta la realidad y desde ahí actúa, o soy alguien que se pelea con la realidad?
    • ¿Soy capaz de pedir ayuda? ¿Y de pedir perdón?
    • ¿Desde qué emociones soy más eficiente?
    • ¿Qué voy a hacer para cambiar lo que no funciona bien en mí, para desde ahí manejar mejor las situaciones reales que me encuentro cada día?

    Escribo porque uno de mis objetivos es orientar y ayudar a la gente a lograr el Buenvivir. ¿Te inquieta algo? ¿Te sientes atrapado en las circunstancias que te ha puesto la vida y no sabes por dónde comenzar? Escríbeme, yo puedo orientarte.

     

    Tal vez te pueda interesar: ¿Vives con Voluntad o con Fuerza de Voluntad?

     

     

  • Ecuador