Mis queridas amigas y lectoras, hoy quiero invitarlas a UNIRNOS en pensamiento y en espíritu para enviarle a nuestros hermanos de Ecuador, un fuerte abrazo de LUZ y ESPERANZA desde el fondo de nuestro CORAZÓN.….

 

Hace unos cuantos días, nuestros hermanos del ECUADOR vivieron un sismo que les cimbró no sólo el suelo que pisaban, sino, sus casas, sus vidas y su estabilidad.

 

Los mexicanos sabemos lo que es vivir un sismo y la enorme impotencia, terror y desolación que puede traer un fenómeno natural que nos llega por sorpresa y sobre el cual no tenemos ningún control.

 

Los más afortunados, sólo viven el terror de no saber qué hacer y la impotencia de no poder parar el movimiento de la tierra.

 

Para los menos afortunados, un fenómeno de esta naturaleza puede cambiarles la vida en un segundo o incluso, quitarles la vida a ellos o a las personas que aman.

 

En un segundo, pueden perder todo su patrimonio, su salud, a su familia, a sus amigos, su trabajo y hasta su vida.

 

Sé que para algunos hermanos ecuatorianos éste ha sido el caso. En segundos les ha cambiado la vida para siempre. 

Algunos habrán perdido su salud o partes de su cuerpo. 

Otros habrán perdido a seres queridos que segundos antes del sismo estaban felices, sanos y viviendo en la estabilidad. 

Muchos otros sé que habrán perdido sus casas, sus autos, sus oficinas, sus escuelas, su patrimonio.

 

Un sismo trae PÉRDIDAS. Algunas humanas, otras materiales. 

Un sismo trae TRISTEZA PROFUNDA y desolación.

Un sismo provoca HERIDAS muy fuertes que tardarán en sanar  años 

Un sismo nos CIMBRA LA VIDA y alterará el curso de nuestra vida para siempre

Un sismo nos lleva a VALORAR lo realmente importante

Un sismo nos UNE para reconstruirnos

Un sismo nos HERMANA sin distinguir clase social, raza, género o religión

Un sismo nos permite volvernos UNO

 

 

No hay duda del enorme DOLOR que algunos ecuatorianos están viviendo. No sólo el dolor físico, sino el dolor emocional y espiritual. 

Las pérdidas y los duelos dejarán una profunda huella en muchas personas.

 

Es algo que en México ya vivimos y que nos marcó para siempre. Como individuos y como país.

 

Al recordar  como un sismo ha cambiado la vida de muchísimas personas en un segundo, me he puesto a pensar cómo muchas veces tomamos por hecho ciertas cosas en nuestras vidas. Por ejemplo, la salud, la estabilidad económica, el amor de cada una de las personas que forma parte de nuestras vidas, la comodidad de nuestra casa, la comida que diariamente tenemos sobre nuestras mesas, el trabajo que realizamos para recibir un sustento, en fin, todo aquello que PENSAMOS que siempre va a existir y va a estar ahí para nosotros.

 

Nada es permanente y lo que sentimos seguro, mañana puede no serlo. 

 

Eso nos lleva a aprender a VALORAR diariamente a las personas maravillosas que enriquecen nuestra vida, nuestra salud, a nuestra familia, amigos, trabajo y bienestar económico.

Vivamos con mayor GRATITUD, con mayor EMPATÍA, con mayor APRECIO.

 

 

Un mensaje final para nuestros hermanos del ECUADOR.

 

Desde el fondo de nuestro corazón los abrazamos y les enviamos luz y amor. Nuestras almas se entrelazan con sus almas. Estamos con ustedes. Los entendemos, nos hermanamos en su sufrimiento y les mandamos bendiciones.

 

Sabemos que el camino de reconstrucción es largo. Pero también sabemos que hay esperanza y luz. Que todas las experiencias que marcan tan profundamente nuestras vidas, suceden para darnos lecciones y ayudarnos a crecer y convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos. 

 

Estamos con ustedes en pensamiento y en espíritu.

 

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