“El problema no está en hacer muchas cosas, sino en no ser capaz de frenar y disfrutar del silencio”.
Si eres incapaz de pararte a disfrutar de la vida, te obsesiona ocupar tu tiempo (hasta el último minuto) y te sientes mal por tener espacios de ocio, probablemente estés sufriendo de la cronopatía.
¿Qué es la cronopatía?
Es la obsesión que puedes desarrollar por el tiempo, unida a la dificultad de detenerte, incluso cuando muestras señales evidentes de agotamiento. El ritmo frenético de trabajo es en el que te sientes más cómodo.
En los días de hoy, el objetivo principal que nos mueve es el ser lo más productivos posibles, porque eso es sinónimo de éxito y excelente desempeño. Tenemos en nuestra mente bien marcada la idea de conservar el récord personal de los días productivos.
Si por alguna razón sufres de un atraso o las cosas no salen como lo esperabas, te sientes mal y el estrés se apodera de ti.
Tenemos la sensación de que la prisa y la aceleración producen más y mejores resultados, por lo que, si te llegase a sobrar tiempo, serías juzgado negativamente.
¿Te suena familiar esta situación?
La necesidad de parar
El querer controlarlo todo y el no saber encontrar un espacio de relajación y de no hacer nada, para simplemente contemplar los pequeños detalles de la vida y poder disfrutarlos, puede alterarte, estresarte y finalmente, enfermarte.
Y es que el ser humano, no está diseñado para vivir en un estado de alerta, en modo amenaza o en modo supervivencia de forma perenne.
Está diseñado para conectar tanto con las cosas buenas, como con las cosas malas, que suceden en nuestro día a día, pero también, está diseñado para conectar con su interior, en donde deben existir momentos de contemplación, relajación y transformación, porque el hacer esto, es sano.
El vivir en un estado constante de alerta, a la larga nos producirá ansiedad, estrés e incluso síntomas depresivos cuando sentimos que hemos perdido el tiempo que teníamos destinado a hacer algo importante.
Vivir así, poco a poco nos va desligando de nuestras emociones, pues perderemos la capacidad de acceder a los pequeños y grandes placeres que la vida nos tiene reservados, teniendo como último resultado: la enfermedad.
¿Te has dado cuenta de que, para poder observar y contemplar de verdad, necesitas detenerte?
Si estás constantemente corriendo no podrás percibir la grandeza que existe a tu alrededor. No lograrás percibir la belleza de un paisaje bonito, de una puesta de sol, escuchar una canción que te evoca emociones, disfrutar de un pueblito escondido cerca de la carretera o de un buen libro. No podrás hacer todas estas cosas sin ese sentimiento de culpa, que suele aparecer cuando sientes que estás perdiendo tu valioso tiempo en cosas que no son productivas.
Para hacer todo eso, debes aprender a parar, ganarás en salud, en disfrute, en felicidad y en calidad de vida.
Después de todo, Newton descubrió uno de los grandes principios de la física sentado bajo un árbol, Descartes tuvo sus sueños y visiones tras varios meses de descanso y Platón construyó el pilar de la filosofía en los jardines de Akademos. Ninguno de ellos llegó a sus descubrimientos encontrándose sumergidos en un ritmo frenético de vida.
Nunca llegarás a entender el trasfondo y belleza de la vida inmerso en una vida agitada y llena de prisa. Muy por el contrario, es en la soledad, en el silencio, en dónde muy probablemente, encontrarás las claves para crear y comenzar proyectos con ilusión.
El mundo está enfermo: sufre de estrés crónico
El mundo actual podría definirse como una constante carrera frenética hacia objetivos interminables. Somos individuos hiperestresados, viviendo a toda velocidad, por lo tanto, como resultado tenemos, que quien nos dirige es nuestro entorno y no nosotros mismos.
Técnicas efectivas que te ayudarán a detenerte
Uno de los primeros pasos para ser capaz de detenerte, con la finalidad de poder conocerte y superarte es aprender a escuchar tu voz interior. Esa voz no podrás escucharla en medio del ritmo frenético de tu vida cotidiana.
Buscar la paz y el sosiego, es lo que piden los terapeutas actuales y para lograrlo, tienes a tu disposición: cursos de yoga, mindfulness y todo tipo de meditaciones que te permitirán desconectar del bullicio exterior.
¿Cómo dejar de mirar el reloj para comenzar a darle tiempo a lo realmente importante?
1.- Desconéctate del reloj y de tu teléfono celular de vez en cuando.
2.- Deja el miedo atrás de desatender una llamada, un correo electrónico, un tuit. No necesitas estar en línea las 24 horas del día.
3.- Aprende a perder un poco de tiempo.
4.- Ubica tu mente en el presente.
5.- Sal a caminar sin pensar en las tareas que tienes pendientes.
6.- Reúnete con amigos y familiares de forma relajada
7.- No abarques demasiado.
8.- Aprende a renunciar.
9.- Intenta saborear la playa, la montaña, de vez en cuando.
Ganarás en paz y serenidad.
No tienes que abandonar tus proyectos, simplemente aprender a crear momentos en los que puedas desconectarte. Déjate llevar y simplemente disfruta de los buenos momentos que la vida tiene reservados para ti.
Fuente:
Phronesis. El arte de saber vivir
Recomendaciones
¿Disfrutas realmente de la vida que tienes o te dejas arrastrar por el ritmo frenético de tu entorno?
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País:Ecuador
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