¿Has escuchado las frases “Dime con quién andas y te diré quién eres”? o “Aves del mismo plumaje se atraen”.
Me he puesto a pensar mucho en como cada una de nosotras, vamos eligiendo a lo largo de nuestras vidas, consciente o inconscientemente, con quiénes nos relacionamos socialmente y quizás, hemos ido eligiendo a las personas porque sentimos simpatía o algún tipo de conexión emocional o bien, porque compartimos intereses o gustos en común o porque coincidimos en un trabajo, club, clase ,espacio o momento en nuestras vidas…
Lo que creo es que cuando nos relacionamos socialmente, pocas veces (si es que alguna vez), pensamos en la forma en como nuestras conexiones sociales, influyen de manera definitiva en muchos aspectos de nuestras vidas. Para BIEN y para MAL.
Así, si nos relacionamos con personas positivas o negativas, disciplinadas o no disciplinadas, deportistas o no deportistas, trabajadoras o flojas, felices o infelices, quejosas o no quejosas, cuidadas o descuidadas, austeras o acumuladoras, saludables o enfermizas, con las que ven el “vaso medio lleno” o con las que lo ven “medio vacío”, nuestras vidas y la forma en como pensamos, nuestras actitudes, nuestra visión de la vida e incluso el cómo nos vemos físicamente, se van en el tiempo, influenciado por estas conexiones.
¿Lo habías pensando?
La verdad es impactante el nivel de influencia no sólo de las conexiones sociales en nuestras vidas, sino de todo aquello a lo que elegimos CONECTARNOS, consciente o inconscientemente. Así, si te conectas gran parte de tu día a escuchar noticias pesimistas, seguramente tu visión de la vida se volverá fatalista, o bien, si te conectas al mundo de la meditación, seguramente tu visión de la vida se verá indiscutiblemente alterada por la conexión a esta actividad.
Recientemente terminé de leer un libro titulado CONNECTED, escrito por Nicholas A. Christakis, MD PhD y por James H. Fowler, PhD.( Los puedes encontrar en www.connectedthebook.com). Ellos hicieron un estudio científico en el que demuestran la manera en como no sólo nuestros amigos cercanos, sino los amigos de nuestros amigos y los amigos de los amigos de tus amigos, influyen de manera DETERMINANTE en tu vida. Realmente es IMPACTANTE.
¿Y todo esto para qué nos sirve?
Pues yo creo que para varias cosas. Primero, para ver con claridad y objetividad la importancia que tienen en nuestras vidas las CONEXIONES SOCIALES que nosotros vamos eligiendo y segundo, para hacernos CONSCIENTES de que nosotros primero debemos definir QUIÉNES Y CÓMO queremos SER , para entonces revisar nuestras conexiones sociales y ver si éstas nos están SUMANDO e influenciado POSITIVAMENTE en nuestras vidas, o bien, si lo que nos está pasando es que nos están RESTANDO e influenciando NEGATIVAMENTE e incluso, alejando de QUIENES DECIDIMOS SER hoy.
Te pongo un ejemplo. Si tu estás s eligiendo HOY ser una persona deportista y saludable y te das cuenta que quizás, en el pasado algunas de tus conexiones sociales son antideportivas y más bien “te jalan” hacia actividades que te alejan de una vida saludable, tu tienes ahora la oportunidad de sumar a tu vida CONSCIENTEMENTE nuevas conexiones sociales que te ayuden y estimulen a SER y a verte como tu decides ser hoy y a seguir una vida SALUDABLE.
Así como hacemos periódicamente LIMPIEZA PROFUNDA de nuestras cosas MATERIALES y EMOCIONES tóxicas acumuladas, se me hace INDISPENSABLE que también revisemos conscientemente nuestras CONEXIONES SOCIALES y veamos quiénes resuenan con nosotras HOY y quiénes, a lo mejor se han convertido en influencias negativas y tóxicas que nos impiden ser, pensar, actuar o vivir como nosotras estamos eligiendo HOY.
Es claro que hay CONEXIONES SOCIALES que elegimos y hay otras que “nos tocan”. Básicamente me refiero a las relaciones familiares. Definitivamente es mucho más sencillo decidir eliminar relaciones sociales tóxicas o negativas de personas que considerábamos amistades, que de familiares que de alguna u otra forma forman parte de nuestro círculo social cercano (padres, hermanos, tíos, primos, pareja, suegros etc.). Aquí lo importante me parece es tener muy claro cómo la forma de pensar, ser o actuar de ese familiar influye en nosotros y “alejarnos conscientemente” de él o ella para que no nos contamine.
Lo más complejo en este tema de las CONEXIONES SOCIALES es el que tiene que ver con la PAREJA.
Normalmente, cuando elegimos a nuestra pareja tenemos muchas coincidencias en nuestras visiones de vida, gustos, intereses, formas de ser y actuar. Afortunadamente, en muchos de los casos, estas coincidencias, con consciencia, comunicación, voluntad y amor de ambos en la pareja, siguen o se transforman positivamente en el tiempo y las personas crecen y se retroalimentan mutuamente.
Desafortunadamente, en otras ocasiones y con el tiempo, muchas de estas coincidencias iniciales en la pareja no sólo se van alejando, sino se pierden o cambian en gran parte. Es aquí en donde la CONEXION con la pareja se pierde y empieza a RESTAR en la vida de la otra persona. Por ejemplo, si una de las personas en la relación es muy ordenada y la otra muy desordenada, una es muy austera y la otra acumuladora en exceso, una es muy saludable y la otra muy enfermiza, una es gastadora y la otra no lo es, o aspectos mucho más graves, como una de las personas se vuelve alcohólica o adicta y acaba “imponiéndole” a la otra su estilo, sus intereses, su manera de ser y consciente o inconscientemente “anula” la manera de ser de la otra y la daña profundamente…..
Hay situaciones en las cuales la pareja no sólo resta sino daña a la otra persona y esa se convierte en una relación TÓXICA que se tiene que enfrentar y eliminar para poder tener una vida saludable física, emocional, intelectual y espiritual. NO ES FÁCIL, pero a veces es NECESARIO.
Tenemos que aprender a SOLTAR y dejar ir COSAS, EMOCIONES y PERSONAS que no resuenan positivamente con nosotras en el PRESENTE.
Hoy tenemos la enorme oportunidad de CREAR y AMPLIAR nuevas CONEXIONES SOCIALES para crecer y para vivir en mayor CONGRUENCIA con quienes elegimos SER.
- México
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