Vivimos en un mundo muy frenético, llenos de obligaciones y estresados. En este entorno se plantea la pregunta ¿cómo lograr armonía en nuestro interior?.

 

La armonía total se logra cuando los tres pilares en los que se funda el bienestar (salud del cuerpo, mente y espíritu) se desarrollan juntos. Ahora ¿cómo se entra en contacto con nuestra  fuente espiritual?. Quiero compartir unos conceptos que leí en el libro “Los Cuatros Niveles de la Sanación”, de Shakti Gawain sobre los diferentes niveles de nuestro ser y cómo encontrar la armonía espiritual.

Lo primero que tenemos que pensar es que nosotros creamos nuestro propio mundo y que tenemos el poder de crearlo como queramos.

El primer paso es sanar el nivel mental, que consiste en nuestro intelecto, ideas, creencias y filosofía básica de la vida. La familia, escuela, religión, cultura y entorno en general influyen desde temprano en nuestras creencias y actitudes, están tan arraigadas dentro de nosotros, que no somos conscientes de ellas, es como si miráramos el mundo a través de un vidrio de color sin darnos cuenta y pensamos que el mundo es de ese color. Pero cuando somos conscientes de ese vidrio, podemos elegir sacarlo de en medio y ver el mundo de manera diferente. Lo mismo se aplica a nuestras creencias, actitudes e ideas más esenciales. Estas creencias afectan la manera en que miramos e interpretamos el mundo y el crecer y madurar y vivir nuevas experiencias hace que repensemos esas creencias.

Préstale atención a tus creencias esenciales, en particular a las que más se repiten, es más, si puedes escribe tus pensamientos y creencias repetitivos, hacerlo te volverá más consciente sobre ellos. Cuando lo hagas, descubrirás que muchos de ellos incentivan tu desarrollo y tu bienestar personal, mientras que otros te obstaculizan. Al ser conscientes de ellas, su negatividad se disolverá.  Aférrate a las creencias que te sirven y apoyan.

Muchos creen en practicar el “pensamiento positivo” para bloquear los negativos, pero es un error, a la larga esos pensamientos  y sentimientos reprimidos salen a la superficie. El primer paso hacia la sanación es “reconocer y aceptar lo que es cierto ahora mismo”: negar las cosas no van a hacer que desaparezcan. Tenemos que aceptar  los pensamientos negativos ya que son parte de nosotros y al mismo tiempo buscar otras opciones e ideas que nos ayuden a expandirnos.

Otro error común es la idea de que uno puede cambiar su vida sólo cambiando sus pensamientos. Tomar conciencia de los pensamientos y dejar que cambien naturalmente es parte del proceso de sanación, pero el nivel mental es sólo uno de cuatro aspectos: solo se produce un cambio cuando se trabaja y se integran los cuatro niveles.

Muchos piensan que los pensamientos y los sentimientos son lo mismo y que cuando se cambia uno, también se cambia el otro, pero la realidad es que por más que los pensamientos y los sentimientos están conectados, son diferentes.

Nosotros somos nuestro peor crítico: un gran problema es el de nuestro crítico interior, esa voz constante que nos compara desfavorablemente con los demás, nos dice todo el tiempo lo que hacemos mal, lo inadecuados que somos, etc. El pensamiento autocrítico repetitivo es un problema, tiene sus raíces en el nivel emocional, aunque afecta al nivel mental. Lo bueno es que al ser conscientes de este crítico que vive en nuestro interior, podemos trabajar en él y convertirlo en una herramienta a nuestro favor.

  • Los dejo con una frase de Shakti Gawain: “Vivir en armonía con el universo es vivir lleno de alegría, amor y abundancia.”

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