Nuestra realidad se manifiesta en forma de polaridades, que se diferencian en tendencias opuestas, pero que forman parte complementaria de la misma realidad, por lo que no sería posible la existencia de una sin la presencia de la otra...

 

…La exacerbación de una polaridad lleva a la aparición de la contraria, en un juego de contrapesos y sustituciones. 

 

Son muchas son las polaridades en las que vivimos los seres humanos:

 

  • Individuo – Grupo: somos únicos pero relacionales.

     

  • Eros – Tánatos: Pulsión de vida, pulsión de muerte.

     

  • Hábitos – Creatividad, etc…

     

Pero hoy quiero hablar de la principal, que son diferentes pero complementarias: las Energías Masculinas y las Energías Femeninas que al nivel más profundo, arquetípico, compartimos todos.

 

Por definición las Energías Masculinas tienden a reforzar la Individualidad, el Yo. Tienden a Diferenciar. Todas las fuerzas centrífugas son Masculinas.

 

Las energías Femeninas tienden a reforzar el Grupo, el Nosotros. Tienden a Integrar y Vincular. Todas las Fuerzas centrípetas son Femeninas.

 

Muchas veces, el estereotipo en el que hemos sido educados refuerza el arquetipo hombre-mujer, pero otras no: Hay mujeres con un muy fuerte ego, y hombres con gran capacidad de ternura y encuentro.

 

Lo importante es el equilibrio de fuerzas para ser un Yo integrado.

 

Las fuerzas masculinas tienen que ver con las energías más fuertes; las que provienen de la Tierra y el Fuego; la Estabilidad y la Determinación.

 

Las fuerzas femeninas tiene que ver con energías más sutiles: el Agua y el Aire: La flexibilidad y fluidez, y la Ternura y la Apertura al Perdón.

 

Lo Masculino trabaja la identidad, el YO; lo Femenino trabaja el vínculo, el NOSOTROS. Ambas son esenciales, pues somos seres únicos, que debemos desarrollar nuestra identidad y exclusividad, pero somos seres relacionales, que solo podemos vivir si estamos conectados con los demás, bien integrados en nuestros respectivos grupos de pertenencia.

 

Para Vinicius de Moraes:

 

  • La vida es el arte del encuentro”.

     

Podemos observar la diferencia incluso, en las representaciones de las culturas religiosas monoteístas:

 

  • Diosas femeninas: Madre Tierra, Pachamama, etc…: abriga, protege, alimenta…

     

  • Dioses masculinos: el Altísimo, RA, El Dios Sol, etc…: Pautas y libre albedrío…

     

  • El ROL, El Papel es diferente, pero hay un gran poder en ambas fuerzas.

 

Incluso desde el Lenguaje, hablamos de forma diferente:

 

  • Desde el YO: busca el dato, la información. Necesita precisión, certeza, Eficiencia.

     

  • Desde el NOSOTROS: Busca el vínculo y lo alimenta. Necesita conexión, encuentro.

     

De ahí derivan dos lenguajes en Comunicación:

 

– La Comunicación Operativa: necesaria para tener información clara y relevante.

 

– La Comunicación Relacional: necesaria para forjar vínculos poderosos, que nos permiten sentir y aprovechar el poder del grupo.

 

Qué pasa con los desequilibrios:

 

Desde una polaridad masculina exacerbada:

 

  • Vivimos en la competición permanente.

     

  • El Yo lucha para ganar, los demás pierden.

     

  • Carácter fuerte, puede ser violento.

     

  • Pueden disfrazarlo de seguridad, asertividad, carácter.

     

  • Conflictos con el grupo, el trabajo en equipo, confrontación con la autoridad…

     

Desde una polaridad femenina exacerbada:

 

  • Vivimos en el temor permanente a no ser queridos, aceptados, reconocidos…

     

  • La permanente búsqueda de aceptación en el Nosotros diluye el Yo. Nunca son ni se expresan desde el Sí mismo.

     

  • Carácter débil, inseguro, esclavo de su necesidad de reconocimiento y aceptación.

     

  • Pueden disfrazarlo de generosidad o adaptación.

     

  • Conflictos consigo mismos, temor a opinar, sumisión con la autoridad…

 

Ambas posiciones nos hablan de falta de Confianza, mostrando diferentes formas de inseguridad: la evidente y la solapada de seguridad, arrogancia, etc…

 

Una posición equilibrada convive con la Firmeza y autonomía de criterio por un lado, y con la ternura y la convivencia por el otro.

 

Necesitamos de ese equilibrio para desplegar todo nuestro poder de influencia, efectividad y bienvivir.

 

Peguntas:

 

  • ¿Qué tipo de conflictos se repiten en tu vida?

     

  • ¿Qué emoción es más característica en ti, la violencia y el enojo, o el temor y la sumisión?

     

  • ¿De quién crees poder aprender la energía que te falta?

     

  • ¿Cuáles son los juicios habituales que te acompañan en tus relaciones con los demás? ¿De invalidación tuya o del otro?

     

  • ¿Qué harías de diferente desde la energía contraria?

 

Autor:

 

Rafael Calbet

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