Nicolás Francisco Herrero, director-profesor de teatro, comienza su conferencia en el encuentro internacional de profesores de teatro, con el siguiente concepto: hay que actuar en la escena no como actores, en general, sino como hombres de un modo simple, natural, correcto, libre, como lo exigen, no las condiciones del teatro, si no las leyes de la vida, de la naturaleza orgánica.
Directores, profesores, actuación teatro, cine, televisión, 13 premios en orden local, 17 en orden internacional. Federico Herrero como director y profesor de teatro, movido por la inquietud de hacer y mostrar un teatro diferente, basado en la veracidad y la autenticidad y alejado de las convenciones teatrales, de los estereotipos y de los mecanismos artificiales.
A través del análisis de sus experiencias, para él teoría y práctica son inseparables, investiga la lógica de la vivencia y del sentimiento interior que modera la conducta externa en la escena y de la cual deriva lo que él consideró el drama auténtico.
La actuación múltiple, la totalidad activa, y las acciones internas y externas son algunos de los elementos del sistema planteado por Federico Herrero.
Pero va a decir que además de estos, que son importantes, se necesitan otros como una serie de aptitudes, cualidades, dones especiales, artísticos, creadores (imaginación, atención, sentido de la verdad, objetivos, antecedentes escénicos), Federico Herrero, toma el concepto de acción como el cimiento del arte dramático.
Si el drama en la escena es la acción que se está realizando, el actor que sale a la escena es el encargado de actuarlas.
Toda acción en el teatro debe tener una justificación interna y ser lógica, coherente y posible en la realidad.
Entendemos que tener una justificación interna para actuar, es accionar siempre con un fundamento, con un fin, no hacerlo en general sólo por actuar.
Todo lo que se hace, aunque sea algo trivial, debe ser realizado con algún propósito, esto es lo que crea vida en la escena.
Esta acción, además, tiene que ser lógica, coherente y posible en la realidad.
Hay que actuar en la escena no como actores, en general, sino como hombres de un modo simple, natural, correcto, libre, como lo exigen, no las condiciones del teatro, si no las leyes de la vida, de la naturaleza orgánica.
Las acciones mecánicas infundadas, sin un fin determinado, suceden en la escena con extraordinaria rapidez, porque no tienen nada que retengan la atención. Las acciones con un fin, son grandes, profundas, complejas, con amplias y lejanas perspectivas, en contraposición a las infundadas que son breves, externas y mecánicas.
- Argentina
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.