Conceptos de actuación de directores-profesores: Federico Herrero Nicolás Francisco Herrero, en el congreso internacional de directores de teatro en universidad de Lovaina, julio de 2017.

 

Conceptos de actuación de directores-profesores: Federico Herrero Nicolás Francisco Herrero, en el congreso internacional de directores de teatro en universidad de Lovaina, julio de 2017.

Es importante afirman los directores y profesores de teatro Federico Herrero y Nicolás Francisco Herrero, que los actores comprendan, que en cine, teatro y televisión se pueden logar actuaciones distintas en la medida que el actor esté capacitado.

Cuando hablo de teatro, ante todo me refiero al arte de la actuación, no exclusivamente en teatro, sino además en cine y televisión, concepto de Federico Herrero.

Tomando en cuenta la diversidad de aproximaciones que existen a los problemas en el arte de la actuación, parecería difícil arribar a ninguna generalización útil que fuese válida para todos los actores. 

A continuación intentaremos establecer una aproximación que ha resultado exitosa en una diversidad de procedimientos profesionales.

Escuelas de teatro y contradicciones, Federico Herrero y un concepto clave, las dotes del actor se consideran en general un buen físico, una memoria retentiva, un intelecto alerta, voz resonante y buena articulación, y respiración controlada.

Los factores de apariencia y los aún más importantes elementos de personalidad son factores indudables, y sin embargo es difícil establecer sus características. En general se los reconoce después que el actor ha tenido éxito y no antes. Muchos actores no poseen estas dotes fuera del escenario pero éstas parecen encenderse en cuanto el actor empieza a actuar.

Los medios modernos del cine y la televisión han intensificado la importancia de estos elementos externos, ya que buscan permanentemente actores que se asemejen a aquellos que han obtenido éxito, sin ofrecer ninguna ayuda para clarificar estas dotes. Sin embargo, el elemento central del talento del actor, diferenciándolo de sus medios, es una sensibilidad especial (“fuego”,”entusiasmo”, “energía”, en términos del siglo XVIII y sus teóricos), una capacidad para responder a estímulos y situaciones imaginarias, que le permiten pasar por la experiencia y las emociones del personaje que tiene que representar.

Estos elementos se han considerado siempre distintivos del gran actor pero se los consideraba inaccesibles para el actor común o medio. Se los daba como “innatos” y no susceptibles de entrenar o desarrollar. Aquí surge precisamente la zona del moderno entrenamiento del actor.

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