¿Sabes qué es el Lean Thinking o “Pensamiento Lean”? Aprende como eliminar los desperdicios y aumentar el valor agregado de tu producto y la eficiencia de tu empresa, aplicando esta metodología de producción.

 

¿Qué significa ser Lean?

 

Básicamente, ser “Lean” consiste en crear valor y reducir desperdicio con la finalidad de reducir los costos y mejorar los niveles de eficiencia, calidad y productividad. Esto es algo básico, que toda empresa en un primer momento tiene en consideración, pero en la práctica los resultados, en muchas ocasiones, se alejan de esta premisa.

 

Si nos ponemos a pensar, en la práctica, nos encontramos con una realidad bien diferente, en la que se realizan tareas inútiles para la obtención del producto final que a su vez se traducen en retrasos en las entregas, se llevan a cabo reuniones poco productivas que resultan en grandes pérdidas de tiempo, se realizan tareas repetitivas, que se podrían mejorar con la automatización y que a la larga se convierten en pérdida de efectividad y productividad, se pierde tiempo valioso por fallas de comunicación entre los diferentes departamentos de la empresa y un largo etc. En algunas empresas, este “desperdicio” que se entiende como cualquier tarea o elemento que consume recursos sin aportar ningún valor, podría llegar al 90 % del trabajo realizado.

 

Por lo tanto, para poder hacerle frente a estas situaciones, surge el “Lean Thinking” (Pensamiento esbelto), como una metodología para crear una nueva manera de pensar y de actuar sobre cómo se organizan las actividades, procesos de trabajo y organizaciones de las empresas, para hacerlas más eficientes, utilizando la menor cantidad de recursos posibles y en donde se aporta mayor valor al producto elaborado, afectando positivamente a los clientes. Su enfoque es la eliminación del desperdicio para lograr la eficiencia. En este sentido, lo que se busca es lograr un servicio o proceso que logre producir solo lo necesario con la calidad que el cliente espera y en el menor tiempo posible. En pocas palabras lo que se busca es “hacer más con menos”.

 

Bajo el pensamiento Lean Thinking todos los sistemas pueden ser perfeccionados. Y lo que los mueve, es lo que el cliente está dispuesto a pagar, lo que el cliente requiere mínimamente. Es un enfoque que para que tenga éxito demanda el trabajo en equipo, por lo que todos los miembros de la organización, deben estar capacitados para pensar, actuar y ser esbeltos.

 

Preguntas que un pensador Lean debe hacerse a la hora de estudiar la eficiencia de sus procesos de producción:

 

a) ¿Qué se está haciendo? ¿Qué se espera de lo que hago?

b) ¿Por qué se hace? Responde realmente a un requerimiento del cliente?

c) ¿Por qué se lleva a cabo de esta manera? Porque así se hizo desde siempre? Miedo al cambio? Resistencia de algunos miembros?

d) ¿Se puede eliminar? Desde el punto de vista del cliente es realmente necesario o es un desperdicio? El cliente está pagando por esta actividad?

e) En el caso de que no se pueda eliminar… Se puede mejorar? Cuáles tareas podrían considerarse un desperdicio y por ende eliminarse?

 

 

¿Cómo implantar el “Lean Thinking” en tu empresa?

 

1.- Identificar lo que el cliente valora. La empresa debe identificar cuál es la necesidad de ese cliente, satisfacer esa necesidad y cobrar un precio específico por ello.

 

2.- Se deberán separar los procesos para detectar los flujos de producción. Serán tres los tipos de procesos que se deberá aplicar: Los procesos que generan valor, los procesos que no generan valor, pero que son necesarios, los procesos que no aportan valor y que se deben eliminar.

 

3.- Detectar las oportunidades de mejora. Esto quiere decir que se deberán identificar los problemas existentes en su origen, para mejorar la calidad en la producción desde un primer momento.

 

4.– Minimizar los desperdicios. Se buscará optimizar los recursos escasos. Todas aquellas actividades que no añadan valor a nuestro servicio o producto deberán ser minimizadas o eliminadas.

 

Algunas formas de desperdicio son las siguientes: sobreproducción, tiempos de espera, transportes innecesarios, procesos inútiles o ineficientes, exceso de inventario o existencias, movimientos innecesarios, defectos en el producto o servicio, falta de capacitación, sobrecapacidad, autocomplacencia, etc.

 

5.- Lograr una mejora contínua con una reducción en los costos. Esto se traducirá en un aumento de calidad y consecuentemente, mayor productividad, siempre y cuando se logre cambiar la mentalidad de las personas que deben reflexionar sobre la producción por departamentos, para otorgarle fluidez a los procesos que restaron.

 

 

6.- Flexibilidad a la hora de producir. Esto permitirá obtener una reducción de tiempos en la concepción de productos, de procesamiento de pedidos y del mantenimiento de los stocks en los niveles correctos. Buscando producir de una manera más rápida pero sin perder la calidad del servicio o producto.

 

Para que todo este proceso sea exitoso, se deberá tener un conocimiento bastante exacto del modelo actual de la empresa, para poder visualizar qué es lo que se pretende en el futuro y poder planificar y dirigir el cambio de forma eficiente.

 

Por otro lado, el hecho de que se le dé la debida importancia a las necesidades del cliente, y que éste pase a definir el flujo de valor, permitirá que se eviten las usuales prácticas de empujar los productos para el lado del consumidor, con el propósito de deshacerse de los stocks a través de descuentos y promociones.

 

7.- El último paso será siempre la búsqueda de la excelencia. Buscar la mejora contínua de las personas, de los productos, de los procesos, con el objetivo de agregar siempre valor al cliente.

 

Beneficios del pensamiento “Lean Thinking”

 

Una empresa gestionada bajo esta metodología, podrá esperar beneficios como los siguientes:

 

1.- Minimizar la cadena de desperdicios de forma sustancial.

2.- Reducir los costos de producción.

3.- Reducir el inventario y espacios de almacenaje.

4.- Obtener sistemas de producción más robustos.

5.- Crear sistemas de materiales apropiados.

6.- Mejora en la distribución de plantas para aumentar la flexibilidad.

7.- Reducir los tiempos de entrega.

8.- Mejorar la calidad.

9.- Optimizar la mano de obra.

10.- Minimizar los retrasos o tiempos de espera.

11.- Garantiza mayor eficiencia de los equipos.

12.- Mayor satisfacción del cliente.

 

Durante años, el pensamiento Lean Thinking ha estado siendo aplicado por empresas como Toyota o Zara, que han ido creciendo y volviéndose cada vez más rentables. Ésta es una filosofía que se ha ido extendiendo a muchos otros sectores de producción, que poco a poco han ido creciendo también.

 

¡Quizás sea el tiempo de una transformación Lean para tu empresa!

 

 

Fuente:

 

Gestiopolis 

InfoAutonomos 

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